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21-II-03

Creo que la mayoría de los varones heterosexuales la elegiríamos como una novia o al menos amiga ideal. Es cierto que no es alta ni tiene medidas de "sex-symbol", pero lo compensa con su combinación de inteligencia, dulzura, encanto, simpatía y un espíritu de comerse el mundo y resistirlo casi todo que la convierte en el símbolo soñado de la mujer moderna, lectora del Cosmopolitan quizás... Así es Sandra Bullock, nacida el 26 de julio de 1964 en Arlington (Virginia).

Ciertamente, Sandra, a la que vemos ahora en otra comedia sentimental más, "Amor con preaviso" (Two weeks notice), al lado de Hugh Grant, tiene la cabeza muy bien amueblada. En los últimos años se ha encargado personalmente de participar en la producción de sus películas, cuidando así la elección de guionistas, compañeros de reparto y hasta directores. Ya tiene en esta faceta ocho películas en su haber más una telecomedia, "George López", de temática latina. Este nuevo estreno en nuestras pantallas, con una muy buena acogida comercial en EEUU, es su tercera colaboración con el guionista Marc Lawrence ("Las fuerzas de la naturaleza", "Miss agente secreto"), que esta vez debuta como realizador. "Me gusta considerarle mi propio guionista personal", ha dicho la actriz, toda una especialista en cintas románticas y también de acción e intriga ("Speed", "La red", "Tiempo de matar"). "Es muy difícil encontrar comedias bien escritas", añadía.

"Amor con preaviso" narra la historia de Lucy Kelson (Bullock), una abogada con una aguda y estratégica mente, jefa del consejo para Wade Corporation, una de las compañías de desarrollo de bienes y raíces más importantes en Nueva York. Neurótica, con una úlcera y problemas de sueño, Lucy tiene un jefe, el millonario George Wade (Grant), atractivo y narcisista, pero muy dependiente de su consejo y su trabajo incondicional. Tras cinco años de peculiar relación de dependencia, la abogada decide poner tierra por medio y despedirse de la empresa.

Cuando vino a España hace algunas semanas, Sandra mostró tener una cabeza bien amueblada y preocuparse por algo más que acaparar flashes y millones de dólares. Dijo ser contraria a los deseos de su presidente, George Bush Jr., de atacar a Irak y desencadenar una guerra. Incluso pidió un referendum para decidir sobre el ataque.