"Películas limpias": guerra entre censores y cineastas
- por © Ursula Albrecht-NOTICINE.com
2-IX-02
Sabían que la asociación de directores preparaba acciones legales contra ellos y se les han adelantado en recurrir a los tribunales. Significativos directores de Hollywood han sido demandados por una cadena de videos de películas "limpias" y un fabricante de software que borra las escenas de sexo, drogas o palabrotas. Robert Redford, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Robert Altman y Sydney Pollack forman parte de esos 16 cineastas prominentes que han sido acusados por la firma de videos CleanFlicks en el estado de Colorado. En su demanda aluden al derecho que -según ellos- les da la Primera Enmienda de la Constitución para editar vídeos para uso privado.
Su negocio consiste en brindar en sus video-clubs las mismas películas que en el resto del país, pero libres de todo lo que sea "pernicioso". Clean Flicks, contra la que los directores pensaban también ejercer acciones legales para preservar sus derechos de autor, quiere luchar por el suyo propio para cortar escenas indeseables para ellos o sus hijos, de contenido sexual, violento, racista y material potencialmente ofensivo. Esta firma posee ahora mismo 70 tiendas en toda Norteamérica, dónde los clientes pueden alquilar cintas censuradas. La primera videoteca "limpia" abrió sus puertas hace dos años en el estado mormón de Utah.
Los jefes de Clean Flicks entregaron su demanda el jueves pasado en un juzgado en Denver, después que se enteraron que los directores perjudicados planeaban acusarles por los cambios sufridos en sus películas. Mientras, los cineastas insisten en defender sus derechos de protección de la propiedad creativa declarados en la Constitución norteamericana. Clean Flicks a su vez se basa en su derecho a opinar libremente y por lo tanto, poder cambiar las películas según sus deseos.
Clean Flicks trabaja con un software que elimina el material racista, violento y ofensivo de las películas en video y DVD. En las salas de corte de estas videotecas se censuran dramas de amor, cintas de acción y "thrillers" de igual forma. Así la "Titanic" se hunde en las profundidades del océano sin que Leonardo Di Caprio dibuje desnuda a Kate Winselt. En el drama bélico de Steven Spielberg "Salvar al soldado Ryan", los marines mueren en una secuencia con mucha menos sangre y sin miembros amputados como en el original. Y en "El indomable Will Hunting" Matt Damon tiene mucho menos que decir, después que quedar pulido su lenguaje sin todas las palabrotas. Críticos de esta censura también protestan contra los cortes de escenas para la proyección en televisión y en aviones.
La organización de cineastas norteamericanos "Directors guild of America" se encuentra analizando los pasos legales para parar la censura. "Es una falta de moral y ética apropiarse del fruto del trabajo de una persona, alterarlo, y sacar rédito. Es como si alguien arrancara hojas de un libro, dejara el nombre del autor, y después lo vendiera; ¿a quién se le ocurriría hacer eso?", protestaba Steven Soderbergh. El final de esta batalla de película tendrá lugar en una sala de tribunal.
Sabían que la asociación de directores preparaba acciones legales contra ellos y se les han adelantado en recurrir a los tribunales. Significativos directores de Hollywood han sido demandados por una cadena de videos de películas "limpias" y un fabricante de software que borra las escenas de sexo, drogas o palabrotas. Robert Redford, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Robert Altman y Sydney Pollack forman parte de esos 16 cineastas prominentes que han sido acusados por la firma de videos CleanFlicks en el estado de Colorado. En su demanda aluden al derecho que -según ellos- les da la Primera Enmienda de la Constitución para editar vídeos para uso privado.
Su negocio consiste en brindar en sus video-clubs las mismas películas que en el resto del país, pero libres de todo lo que sea "pernicioso". Clean Flicks, contra la que los directores pensaban también ejercer acciones legales para preservar sus derechos de autor, quiere luchar por el suyo propio para cortar escenas indeseables para ellos o sus hijos, de contenido sexual, violento, racista y material potencialmente ofensivo. Esta firma posee ahora mismo 70 tiendas en toda Norteamérica, dónde los clientes pueden alquilar cintas censuradas. La primera videoteca "limpia" abrió sus puertas hace dos años en el estado mormón de Utah.
Los jefes de Clean Flicks entregaron su demanda el jueves pasado en un juzgado en Denver, después que se enteraron que los directores perjudicados planeaban acusarles por los cambios sufridos en sus películas. Mientras, los cineastas insisten en defender sus derechos de protección de la propiedad creativa declarados en la Constitución norteamericana. Clean Flicks a su vez se basa en su derecho a opinar libremente y por lo tanto, poder cambiar las películas según sus deseos.
Clean Flicks trabaja con un software que elimina el material racista, violento y ofensivo de las películas en video y DVD. En las salas de corte de estas videotecas se censuran dramas de amor, cintas de acción y "thrillers" de igual forma. Así la "Titanic" se hunde en las profundidades del océano sin que Leonardo Di Caprio dibuje desnuda a Kate Winselt. En el drama bélico de Steven Spielberg "Salvar al soldado Ryan", los marines mueren en una secuencia con mucha menos sangre y sin miembros amputados como en el original. Y en "El indomable Will Hunting" Matt Damon tiene mucho menos que decir, después que quedar pulido su lenguaje sin todas las palabrotas. Críticos de esta censura también protestan contra los cortes de escenas para la proyección en televisión y en aviones.
La organización de cineastas norteamericanos "Directors guild of America" se encuentra analizando los pasos legales para parar la censura. "Es una falta de moral y ética apropiarse del fruto del trabajo de una persona, alterarlo, y sacar rédito. Es como si alguien arrancara hojas de un libro, dejara el nombre del autor, y después lo vendiera; ¿a quién se le ocurriría hacer eso?", protestaba Steven Soderbergh. El final de esta batalla de película tendrá lugar en una sala de tribunal.