El Personaje: Al Pacino, inseguro pero convincente
- por © J.A.-NOTICINE.com
23-VIII-02
Al Pacino, uno de los más sólidos y prestigiosos actores norteamericanos, tan amigo de los escenarios como de los platós cinematográficos, no las ha tenido siempre todas consigo. Bajito, nervioso y eterno candidato a un Oscar que obtuvo finalmente hace nueve años, a los 62 años asegura haber asimilado su categoría de estrella, aunque no haya perdido la inseguridad y el miedo al fracaso que le han acompañado durante toda su carrera. Este viernes ha estrenado por segunda vez en 2002, "Simone", en la que interpreta a un productor que "fabrica" una estrella virtual con todas las virtudes y ningún defecto.
El burlón destino ha hecho que fuera un personaje bien interpretado, pero prescindible, en una trayectoria con papeles que han permanecido en nuestra memoria, como los de la saga "El padrino", "Serpico", "Justicia para todos" o "El precio del poder", el que le hizo ganar la estatuilla: el militar ciego de "Esencia de mujer". Tras seis candidaturas frustradas, Pacino logró el Oscar al mejor actor en una edición donde jugaba por partida doble. Optaba también al Oscar de interpretación de reparto por "Glengarry Glen Ross".
Nacido el 25 de abril de 1940, Al (Alfredo) Pacino vivió su infancia de hijo de emigrantes italianos en el Bronx neoyorquino y mientras estudiaba teatro en la High School of Performing Arts trabajó como acomodador. Debutó en teatros del Off-Broadway después de perfeccionar su estilo con Lee Strasberg. Desde entonces, y pese a su carrera cinematográfica, no ha abandonado del todo el teatro, una especialidad más agradecida que el cine, en la que sí le han llovido premios, entre ellos dos Tonys.
La pantalla grande, por el contrario, no siempre le ha deparado alegrías. Su primera película conocida fue "Pánico en Needle Park" (1971), y al año siguiente brilló en "El Padrino", que le valió su primera nominación al actor de reparto. Con "Serpico" fue candidato al mejor protagonista, y la tercera candidatura la logró nuevamente incorporando a Michael Corleone, en "El Padrino II". Otro muy distinto delincuente le valió la cuarta, el ladrón de bancos de "Tarde de perros" (1975), mientras que se le adjudicó en cambio la siguiente por un abogado honesto en medio de un sistema judicial casi surrealista, en "Justicia para todos".
Después de "A la caza" y "El precio del poder", sufrió un bajón por el sonoro fracaso de "Revolución". Dejó la pantalla por un período de tres años, para volver en olor de multitud con "Melodía de seducción". Luego vinieron "El Padrino III", "Frankie y Johnny" y "Dick Tracy", donde aparecía casi irreconocible por el maquillaje, y que fue su sexta nominación absoluta y segunda al mejor secundario.
Los últimos años han sido de febril actividad para el carismático intérprete neoyorquino. "Carlito's way-Atrapado por su pasado", "Heat", "Donnie Brasco", "Pactar con el diablo", "El dilema" y "Un domingo cualquiera" son algunos de sus títulos más significativos. En 1996 acudió a San Sebastián para recibir en su festival el Premio Donostia, y aprovechó para mostrar su primera película como realizador, "Looking for Richard". La segunda, "Chinesse Coffee" (2000), rodada como la anterior a salto de mata, a lo largo de varios años y en los huecos que le dejaban sus demás responsabilidades, permanece inédita. Este año, como actor, aparte de "Simone", ya ha estrenado "Insomnia" y tiene pendiente "People I know".
Por su proclamada timidez o por discreción, poco se sabe sobre su vida privada. Vivió tras el éxito de "El padrino" una época en la que recurrió al alcohol y las pastillas para superarse. La cosa acabó en una cura antialcohólica. Fue también fumador compulsivo de un par de cajetillas diarias, pero lleva 8 años alejado del tabaco. Eterno solterón, su pareja más famosa ha sido Diane Keaton y parece haber hallado cierta estabilidad al lado de la actriz Beverly D'Angelo. Con ella ha tenido gemelos, niño y niña, y antes tuvo una hija con la profesora de actuación Jan Tarrant.
Al Pacino, uno de los más sólidos y prestigiosos actores norteamericanos, tan amigo de los escenarios como de los platós cinematográficos, no las ha tenido siempre todas consigo. Bajito, nervioso y eterno candidato a un Oscar que obtuvo finalmente hace nueve años, a los 62 años asegura haber asimilado su categoría de estrella, aunque no haya perdido la inseguridad y el miedo al fracaso que le han acompañado durante toda su carrera. Este viernes ha estrenado por segunda vez en 2002, "Simone", en la que interpreta a un productor que "fabrica" una estrella virtual con todas las virtudes y ningún defecto.
El burlón destino ha hecho que fuera un personaje bien interpretado, pero prescindible, en una trayectoria con papeles que han permanecido en nuestra memoria, como los de la saga "El padrino", "Serpico", "Justicia para todos" o "El precio del poder", el que le hizo ganar la estatuilla: el militar ciego de "Esencia de mujer". Tras seis candidaturas frustradas, Pacino logró el Oscar al mejor actor en una edición donde jugaba por partida doble. Optaba también al Oscar de interpretación de reparto por "Glengarry Glen Ross".
Nacido el 25 de abril de 1940, Al (Alfredo) Pacino vivió su infancia de hijo de emigrantes italianos en el Bronx neoyorquino y mientras estudiaba teatro en la High School of Performing Arts trabajó como acomodador. Debutó en teatros del Off-Broadway después de perfeccionar su estilo con Lee Strasberg. Desde entonces, y pese a su carrera cinematográfica, no ha abandonado del todo el teatro, una especialidad más agradecida que el cine, en la que sí le han llovido premios, entre ellos dos Tonys.
La pantalla grande, por el contrario, no siempre le ha deparado alegrías. Su primera película conocida fue "Pánico en Needle Park" (1971), y al año siguiente brilló en "El Padrino", que le valió su primera nominación al actor de reparto. Con "Serpico" fue candidato al mejor protagonista, y la tercera candidatura la logró nuevamente incorporando a Michael Corleone, en "El Padrino II". Otro muy distinto delincuente le valió la cuarta, el ladrón de bancos de "Tarde de perros" (1975), mientras que se le adjudicó en cambio la siguiente por un abogado honesto en medio de un sistema judicial casi surrealista, en "Justicia para todos".
Después de "A la caza" y "El precio del poder", sufrió un bajón por el sonoro fracaso de "Revolución". Dejó la pantalla por un período de tres años, para volver en olor de multitud con "Melodía de seducción". Luego vinieron "El Padrino III", "Frankie y Johnny" y "Dick Tracy", donde aparecía casi irreconocible por el maquillaje, y que fue su sexta nominación absoluta y segunda al mejor secundario.
Los últimos años han sido de febril actividad para el carismático intérprete neoyorquino. "Carlito's way-Atrapado por su pasado", "Heat", "Donnie Brasco", "Pactar con el diablo", "El dilema" y "Un domingo cualquiera" son algunos de sus títulos más significativos. En 1996 acudió a San Sebastián para recibir en su festival el Premio Donostia, y aprovechó para mostrar su primera película como realizador, "Looking for Richard". La segunda, "Chinesse Coffee" (2000), rodada como la anterior a salto de mata, a lo largo de varios años y en los huecos que le dejaban sus demás responsabilidades, permanece inédita. Este año, como actor, aparte de "Simone", ya ha estrenado "Insomnia" y tiene pendiente "People I know".
Por su proclamada timidez o por discreción, poco se sabe sobre su vida privada. Vivió tras el éxito de "El padrino" una época en la que recurrió al alcohol y las pastillas para superarse. La cosa acabó en una cura antialcohólica. Fue también fumador compulsivo de un par de cajetillas diarias, pero lleva 8 años alejado del tabaco. Eterno solterón, su pareja más famosa ha sido Diane Keaton y parece haber hallado cierta estabilidad al lado de la actriz Beverly D'Angelo. Con ella ha tenido gemelos, niño y niña, y antes tuvo una hija con la profesora de actuación Jan Tarrant.