A los 25 años de la muerte de Groucho, rey del humor corrosivo
- por © J.A.-NOTICINE.com
19-VIII-02
Si Carlos Marx hubiera sido el séptimo -sí, hubo seis- hermano de la familia judia neoyorquina Marx, probablemente sus teorías políticas serían hoy plenamente vigentes y llenarían de gozo a la humanidad. Groucho Marx, el líder de la familia y el de más prolongada carrera artística, fallecido este lunes hace 25 años, personifica el poder caústico de un humor iconoclasta, absurdo, lleno de ironía, autocrítico y sobre todo eterno. La repetición de sus históricos títulos por las cadenas televisivas demuestra la vigencia de un estilo que inspiró a humoristas de las siguientes generaciones, como Woody Allen.
También los Marx norteamericanos eran de origen alemán. Groucho, a pesar de asumir el personaje de primogénito o más respetable personaje en la carrera cinematográfica de la familia, no era el mayor. Julius Henry Marx, apodado Groucho, nació en Nueva York el 2 de octubre de 1890. Su padre, Samuel Marx, era un sastre judío de origen alsaciano y su madre, Minnie Schoenberg, una alemana que llegó a Norteamérica en 1880. Con este estrambótico origen, Groucho pasó a ocupar el puesto antepenúltimo de seis hermanos, aunque luego sobrevivió a todos: Leonard "Chico", Adolf Arthur "Harpo", Milton "Gummo" y Herbert "Zeppo". Manfred murió a los tres años.
Desde un principio la madre quiso que sus hijos siguieran la tradición familiar -sus abuelos formaron una pareja de cómicos en la América de finales del XIX-, antes de continuar los pasos de su marido, un profesor de baile convertido en sastre. Así, los hermanos Marx reciben una educación musical. Cada uno aprende a tocar un instrumento. Chico, el piano; Harpo, el arpa; Zeppo, el saxo, y Groucho, a cantar. De esta manera forman una atracción musical, en la que también participó la madre. Al principio, Chico tocaba el piano en restaurantes, hoteles y prostíbulos, y Groucho cantaba como soprano en el coro de la iglesia. Después, el número se complica: Chico toca el piano con los ojos vendados y una sábana sobre el teclado, y Groucho y Harpo cantan. Tras múltiples vicisitudes, los hermanos Marx llegan y triunfan en Broadway.
El hecho de que su humor estuviera basado en chistes, juegos de palabras, diálogos disparatados y música, les mantienen alejados del cine hasta la llegada del sonoro, en 1929. Les contrata la Paramount, y a partir de entonces se dedican a reproducir en el celuloide sus representaciones teatrales. A su primera película, "Los cuatro cocos", le seguiría "El conflicto de los Marx" (1930).
De su época inicial, "Sopa de ganso" está considerada la más genialmente ácrata. El periodo con la Metro incluye algunos de sus más populares y reestrenados títulos: "Una noche en la ópera" (1935), "Un día en las carreras", "Una tarde en el circo", "Los hermanos Marx en el Oeste" y "Tienda de locos". El mayor de sus fracasos comerciales fue "El hotel de los líos".
En 1941 se separaron durante cinco años, para volver con "Una noche en Casablanca" (1943). Otra vez la ruptura y el posterior reencuentro en 1949 con "Amor en conserva", su último trabajo en común.
Groucho fue el que más tiempo permaneció en activo con películas ("Copacabana", "Don dólar", "Una mujer de cuidado"...), programas de radio, shows televisivos y libros: "Groucho y yo" (1959) y "Memorias de un amante sarnoso" (1963), entre otros. Tuvo la mala suerte de fallecer justo tres días después de Elvis Presley, por lo que la noticia fue escasamente destacada por los medios. Las anécdotas son interminables en relación con el humorista del bigote pintado y el eterno habano en la mano, incluso las relacionadas con su propio fallecimiento. Dejó escrito que quería ser enterrado "encima del féretro de Marilyn Monroe" y que en su tumba debía leerse el epitafio: "Disculpe que no me levante".
Si Carlos Marx hubiera sido el séptimo -sí, hubo seis- hermano de la familia judia neoyorquina Marx, probablemente sus teorías políticas serían hoy plenamente vigentes y llenarían de gozo a la humanidad. Groucho Marx, el líder de la familia y el de más prolongada carrera artística, fallecido este lunes hace 25 años, personifica el poder caústico de un humor iconoclasta, absurdo, lleno de ironía, autocrítico y sobre todo eterno. La repetición de sus históricos títulos por las cadenas televisivas demuestra la vigencia de un estilo que inspiró a humoristas de las siguientes generaciones, como Woody Allen.
También los Marx norteamericanos eran de origen alemán. Groucho, a pesar de asumir el personaje de primogénito o más respetable personaje en la carrera cinematográfica de la familia, no era el mayor. Julius Henry Marx, apodado Groucho, nació en Nueva York el 2 de octubre de 1890. Su padre, Samuel Marx, era un sastre judío de origen alsaciano y su madre, Minnie Schoenberg, una alemana que llegó a Norteamérica en 1880. Con este estrambótico origen, Groucho pasó a ocupar el puesto antepenúltimo de seis hermanos, aunque luego sobrevivió a todos: Leonard "Chico", Adolf Arthur "Harpo", Milton "Gummo" y Herbert "Zeppo". Manfred murió a los tres años.
Desde un principio la madre quiso que sus hijos siguieran la tradición familiar -sus abuelos formaron una pareja de cómicos en la América de finales del XIX-, antes de continuar los pasos de su marido, un profesor de baile convertido en sastre. Así, los hermanos Marx reciben una educación musical. Cada uno aprende a tocar un instrumento. Chico, el piano; Harpo, el arpa; Zeppo, el saxo, y Groucho, a cantar. De esta manera forman una atracción musical, en la que también participó la madre. Al principio, Chico tocaba el piano en restaurantes, hoteles y prostíbulos, y Groucho cantaba como soprano en el coro de la iglesia. Después, el número se complica: Chico toca el piano con los ojos vendados y una sábana sobre el teclado, y Groucho y Harpo cantan. Tras múltiples vicisitudes, los hermanos Marx llegan y triunfan en Broadway.
El hecho de que su humor estuviera basado en chistes, juegos de palabras, diálogos disparatados y música, les mantienen alejados del cine hasta la llegada del sonoro, en 1929. Les contrata la Paramount, y a partir de entonces se dedican a reproducir en el celuloide sus representaciones teatrales. A su primera película, "Los cuatro cocos", le seguiría "El conflicto de los Marx" (1930).
De su época inicial, "Sopa de ganso" está considerada la más genialmente ácrata. El periodo con la Metro incluye algunos de sus más populares y reestrenados títulos: "Una noche en la ópera" (1935), "Un día en las carreras", "Una tarde en el circo", "Los hermanos Marx en el Oeste" y "Tienda de locos". El mayor de sus fracasos comerciales fue "El hotel de los líos".
En 1941 se separaron durante cinco años, para volver con "Una noche en Casablanca" (1943). Otra vez la ruptura y el posterior reencuentro en 1949 con "Amor en conserva", su último trabajo en común.
Groucho fue el que más tiempo permaneció en activo con películas ("Copacabana", "Don dólar", "Una mujer de cuidado"...), programas de radio, shows televisivos y libros: "Groucho y yo" (1959) y "Memorias de un amante sarnoso" (1963), entre otros. Tuvo la mala suerte de fallecer justo tres días después de Elvis Presley, por lo que la noticia fue escasamente destacada por los medios. Las anécdotas son interminables en relación con el humorista del bigote pintado y el eterno habano en la mano, incluso las relacionadas con su propio fallecimiento. Dejó escrito que quería ser enterrado "encima del féretro de Marilyn Monroe" y que en su tumba debía leerse el epitafio: "Disculpe que no me levante".