Crítica: "La casa del Dragón / House of the Dragon", la esperada precuela de "Game of Thrones"
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Rocío Mariel González
Se trata de una precuela de "Juego de Tronos / Game of Thrones" (2011) en la que se nos cuenta la historia de la dinastía Targaryen, cuya última descendiente fue Daenerys. Los hechos relatados en el primer capítulo son 175 años antes del nacimiento de la Madre de los Dragones, y comienzan desde el momento en que Jaehaerys Targaryen debe designar a un sucesor y se decanta por su nieto Viserys (Paddy Considine).
El problema real en "La casa del Dragón / House of the Dragon" (2022) comienza cuando su primogénito no es varón, sino una mujer, Rhaenyra (Milly Alcock). Al igual que su pariente del futuro, es una mujer pequeña corporalmente, pero sumamente inteligente, que además entiende a la perfección el juego político que supone ser parte de la realeza. Cuando la posibilidad de que nazca un heredero varón es nula, la Mano del Rey le pide a Viserys que defina su sucesión en favor de su hija, en lugar de su hermano, Daemon Targaryen (Matt Smith), quien es el primer Comandante de la Guardia de la Noche y sanguinario en extremo.
De hecho, si "Juego de Tronos" nos parecía por momentos violenta en demasía, este primer capítulo de la precuela redobla la apuesta: primeros planos de competencias en las que se destrozan el cráneo y hasta una cesárea sin anestesia.
A pesar de que ya se conocen los nombres de las casas nobles, y de los Siete Reinos, resulta por momentos complejo seguir el hilo de parentescos y referencias. Suena como que han querido establecer claros guiños con los fanáticos de la serie televisiva, sumarle los fanáticos de los libros de George R. R. Martin, y generar nuevos adeptos, pero resulta en una cantidad de información difícil de digerir por momentos, si no se tiene (o se arma) una árbol genealógico familiar.
Por lo demás, tiene todos los condimentos para triunfar: un presupuesto abultado que permite grandes tomas aéreas de los dragones, de los jardines, del palacio, y de cuanto ambiente se nos ocurra. No falta ni sexo ni violencia, así como tensiones sexuales y políticas. Queda por ver si logran mantener las expectativas.
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Se trata de una precuela de "Juego de Tronos / Game of Thrones" (2011) en la que se nos cuenta la historia de la dinastía Targaryen, cuya última descendiente fue Daenerys. Los hechos relatados en el primer capítulo son 175 años antes del nacimiento de la Madre de los Dragones, y comienzan desde el momento en que Jaehaerys Targaryen debe designar a un sucesor y se decanta por su nieto Viserys (Paddy Considine).
El problema real en "La casa del Dragón / House of the Dragon" (2022) comienza cuando su primogénito no es varón, sino una mujer, Rhaenyra (Milly Alcock). Al igual que su pariente del futuro, es una mujer pequeña corporalmente, pero sumamente inteligente, que además entiende a la perfección el juego político que supone ser parte de la realeza. Cuando la posibilidad de que nazca un heredero varón es nula, la Mano del Rey le pide a Viserys que defina su sucesión en favor de su hija, en lugar de su hermano, Daemon Targaryen (Matt Smith), quien es el primer Comandante de la Guardia de la Noche y sanguinario en extremo.
De hecho, si "Juego de Tronos" nos parecía por momentos violenta en demasía, este primer capítulo de la precuela redobla la apuesta: primeros planos de competencias en las que se destrozan el cráneo y hasta una cesárea sin anestesia.
A pesar de que ya se conocen los nombres de las casas nobles, y de los Siete Reinos, resulta por momentos complejo seguir el hilo de parentescos y referencias. Suena como que han querido establecer claros guiños con los fanáticos de la serie televisiva, sumarle los fanáticos de los libros de George R. R. Martin, y generar nuevos adeptos, pero resulta en una cantidad de información difícil de digerir por momentos, si no se tiene (o se arma) una árbol genealógico familiar.
Por lo demás, tiene todos los condimentos para triunfar: un presupuesto abultado que permite grandes tomas aéreas de los dragones, de los jardines, del palacio, y de cuanto ambiente se nos ocurra. No falta ni sexo ni violencia, así como tensiones sexuales y políticas. Queda por ver si logran mantener las expectativas.
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