Crítica: "My Beautiful Baghdad / Baghdad in My Shadow", las culpas de la traición
- por © NOTICINE.com
Por Eduardo Larrocha
Samir, cineasta iraquí exiliado en Suiza, dirige "My Beautiful Baghdad / Baghdad in My Shadow" (2019). En este thriller sociopolítico y también melodramático, artistas, comunistas y homosexuales iraquíes exiliados en Londres se reúnen en el café "Abu Nawas", nombre por cierto de un poeta árabe del siglo octavo cantor de la libertad sexual, de los placeres báquicos, del vino y las tabernas.
Los personajes se encuentran en la capital británica con estatus diferentes. Sus vidas recorren, por distintos motivos, la historia de Irak desde finales de los años 60, en plena represión de Sadam Hussein, hasta la actualidad. En Londres se enfrentan a las contradicciones de su pasado, incluido el islamismo beligerante y radical. Quizá por ese paseo con referencias a Mesopotamia, esta coproducción de Suiza, Reino Unido y Alemania comienza con un travelling en claroscuro fijando la cámara sobre Bajorrelieves de la cultura medo persa en el British Museum de Londres. Pudimos identificar en las paredes del Museo a La Leona herida de la época de Assurbanipal.
Allí, en el British, trabaja como vigilante Taufik (Haytham Abdulrazak) quien además de ser uno de los poetas que se reúnen en el café sueña, mientras le vienen a la memoria recuerdos amargos de las torturas que le llevaron a exiliarse en la capital británica. En su mente y en off recita "Baghdad, todavía eres prisionero entre rejas, pero has sustituido a un carcelero por otro…" Hace ya dos años que "My beautiful Baghdad". se presentó fuera de competición en el Festival de Locarno.
El espectador puede tardar en penetrar en el entramado temporal de las historias. A veces cuesta entender las motivaciones de los personajes debido a que distintas secuencias en flash back reflejan recuerdos de Taufik para enseguida llevarnos a un episodio reciente. El interrogatorio al que somete la policía británica al protagonista es el hilo conductor de los episodios trágicos y también de los momentos amables y amorosos del relato.
Para añadir dramatismo a la historia de estos exiliados, "My Beautiful Baghdad" sitúa el "Abu Nawas" -que podría también recordarnos al Rick’s Café de "Casablanca", la mítica película de Michael Curtiz- cerca de una mezquita salafista. Eso nos lleva a conocer a algunos radicales que con sus buenas maneras recitan un Corán amenazante. Sólo con verlos asustan. Al final entendemos que "My beautiful Baghdad" es una película sobre las culpas que llega a generar la traición. Como en tantas películas, el pasado vuelve sobre nosotros para hacer implacable justicia.
A lo largo de los más de cien minutos de película comprendemos que sigue siendo tabú que una mujer musulmana se case con un cristiano. Es lo que sufre en propia carne Amal (Zahraa Ghandour). También confirmamos que la homofobia es un lastre en el mundo árabe, más allá de su modernismo y de la militancia de izquierdas en el partido comunista.
Samir, que además de dirigir es coguionista junto a Furat Al-Jamil de "My Beautiful Baghdad", confiesa que no tuvo que investigar mucho sobre la historia que cuenta. "Ya estaba dentro de mí y se me impuso. Luego –añade Samir en el press book de la distribuidora Surtsey- sólo quedaba la cuestión de cómo y dónde reuniría los destinos y las historias individuales…".
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Samir, cineasta iraquí exiliado en Suiza, dirige "My Beautiful Baghdad / Baghdad in My Shadow" (2019). En este thriller sociopolítico y también melodramático, artistas, comunistas y homosexuales iraquíes exiliados en Londres se reúnen en el café "Abu Nawas", nombre por cierto de un poeta árabe del siglo octavo cantor de la libertad sexual, de los placeres báquicos, del vino y las tabernas.
Los personajes se encuentran en la capital británica con estatus diferentes. Sus vidas recorren, por distintos motivos, la historia de Irak desde finales de los años 60, en plena represión de Sadam Hussein, hasta la actualidad. En Londres se enfrentan a las contradicciones de su pasado, incluido el islamismo beligerante y radical. Quizá por ese paseo con referencias a Mesopotamia, esta coproducción de Suiza, Reino Unido y Alemania comienza con un travelling en claroscuro fijando la cámara sobre Bajorrelieves de la cultura medo persa en el British Museum de Londres. Pudimos identificar en las paredes del Museo a La Leona herida de la época de Assurbanipal.
Allí, en el British, trabaja como vigilante Taufik (Haytham Abdulrazak) quien además de ser uno de los poetas que se reúnen en el café sueña, mientras le vienen a la memoria recuerdos amargos de las torturas que le llevaron a exiliarse en la capital británica. En su mente y en off recita "Baghdad, todavía eres prisionero entre rejas, pero has sustituido a un carcelero por otro…" Hace ya dos años que "My beautiful Baghdad". se presentó fuera de competición en el Festival de Locarno.
El espectador puede tardar en penetrar en el entramado temporal de las historias. A veces cuesta entender las motivaciones de los personajes debido a que distintas secuencias en flash back reflejan recuerdos de Taufik para enseguida llevarnos a un episodio reciente. El interrogatorio al que somete la policía británica al protagonista es el hilo conductor de los episodios trágicos y también de los momentos amables y amorosos del relato.
Para añadir dramatismo a la historia de estos exiliados, "My Beautiful Baghdad" sitúa el "Abu Nawas" -que podría también recordarnos al Rick’s Café de "Casablanca", la mítica película de Michael Curtiz- cerca de una mezquita salafista. Eso nos lleva a conocer a algunos radicales que con sus buenas maneras recitan un Corán amenazante. Sólo con verlos asustan. Al final entendemos que "My beautiful Baghdad" es una película sobre las culpas que llega a generar la traición. Como en tantas películas, el pasado vuelve sobre nosotros para hacer implacable justicia.
A lo largo de los más de cien minutos de película comprendemos que sigue siendo tabú que una mujer musulmana se case con un cristiano. Es lo que sufre en propia carne Amal (Zahraa Ghandour). También confirmamos que la homofobia es un lastre en el mundo árabe, más allá de su modernismo y de la militancia de izquierdas en el partido comunista.
Samir, que además de dirigir es coguionista junto a Furat Al-Jamil de "My Beautiful Baghdad", confiesa que no tuvo que investigar mucho sobre la historia que cuenta. "Ya estaba dentro de mí y se me impuso. Luego –añade Samir en el press book de la distribuidora Surtsey- sólo quedaba la cuestión de cómo y dónde reuniría los destinos y las historias individuales…".
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