Crítica: "Polizón / Stowaway", sin acabar de despegar
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Por Lucía Martín Muñoz
"Polizón / Stowaway" se estrenaba esta semana en Netflix, llegando al Top 5 de las películas más vistas de la plataforma en más de 60 países, algo como poco curioso, teniendo en cuenta la falta de originalidad, la lentitud de la trama y la cantidad de "cráteres" de guion.
El film de ciencia ficción dirigido por el brasileño Joe Penna, narra la historia de una tripulación enviada a Marte para una misión de dos años. Entre ellos se encuentran Marina (Toni Collete), la capitana de la nave; Zoe (Anna Kendrick), que es médica y científica; y David (Daniel Dae Kim), que es un biólogo que pretende estudiar el comportamiento de unas algas en el planeta rojo. El conflicto comienza cuando Michael (Shamier Anderson) aparece en la nave después de haberse quedado atrapado realizando los últimos retoques de ingeniería del proyectil. El problema de este inesperado polizón es que consume una cantidad de oxígeno necesaria para que el resto de la tripulación pueda seguir con vida, después de la ruptura del aparato que eliminaba el dióxido de carbono del aire.
El tema que aborda la cinta es el sacrificio, una cuestión que podría narrarse en muchos otros contextos y que deja entrever junto con el guion, que el mostrar esta historia en el espacio exterior, es solo una estrategia de marketing para llamar la atención del público, que, efectivamente funciona. Este sacrificio se presenta después del debate moral, trillado en muchas otras cintas, sobre dejar morir a alguien por el bien común, para que todos los demás sobrevivan.
La fotografía es correcta, lo mínimo esperable de una superproducción de estas características, pero para nada es original. Es una producción más con el sello de Netflix que parece ordenar "planitud" en todos sus films. Los efectos especiales están muy conseguidos y el departamento de arte hace una labor increíble.
Lo decepcionante de la obra no son sus aspectos técnicos, sino un guion muy poco trabajado, que está lleno de incongruencias y que se cae por su propio peso. La primera pregunta que nos hacemos como espectadores, es ¿cómo es posible que alguien haya atornillado una compuerta sin darse cuenta de que hay un hombre dentro?, no se entiende que la NASA haya podido pasar ese fallo por alto; este "error" es más propio de un largometraje de comedia, que de un drama de ciencia ficción. Por otra parte, también sorprende que no puedan arreglar unos cables calcinados que están conectados al CDR (el aparato que elimina el dióxido de carbono del aire, y, por tanto, les permite respirar), ¿realmente no pueden poner unos nuevos?. Aunque sin lugar a dudas la pregunta del millón está relacionada con el tema y el desenlace final; nos ponemos en situación: han descubierto que hay oxígeno de sobra para que nadie tenga que morir, pero no pueden acceder al mismo por una tormenta solar. En vez de esperarse a que esta pase, y volver a realizar la incursión hacia el tanque de oxígeno, Zoe decide sacrificarse sin planteárselo demasiado, de forma que la misión pueda seguir adelante.
Como poco es preocupante, que un guion que no aprobaría siquiera un curso de escritura haya podido convertirse en una película de millones de dólares, y que, de hecho, el público se decida a verla hasta el punto de resultar en el top 5 de Netflix.
"Polizón / Stowaway" ofrece una narrativa que se cae por su propio peso y un discurso moralista muy trillado, a ritmo de una nana que te deja dormido en el sofá.
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"Polizón / Stowaway" se estrenaba esta semana en Netflix, llegando al Top 5 de las películas más vistas de la plataforma en más de 60 países, algo como poco curioso, teniendo en cuenta la falta de originalidad, la lentitud de la trama y la cantidad de "cráteres" de guion.
El film de ciencia ficción dirigido por el brasileño Joe Penna, narra la historia de una tripulación enviada a Marte para una misión de dos años. Entre ellos se encuentran Marina (Toni Collete), la capitana de la nave; Zoe (Anna Kendrick), que es médica y científica; y David (Daniel Dae Kim), que es un biólogo que pretende estudiar el comportamiento de unas algas en el planeta rojo. El conflicto comienza cuando Michael (Shamier Anderson) aparece en la nave después de haberse quedado atrapado realizando los últimos retoques de ingeniería del proyectil. El problema de este inesperado polizón es que consume una cantidad de oxígeno necesaria para que el resto de la tripulación pueda seguir con vida, después de la ruptura del aparato que eliminaba el dióxido de carbono del aire.
El tema que aborda la cinta es el sacrificio, una cuestión que podría narrarse en muchos otros contextos y que deja entrever junto con el guion, que el mostrar esta historia en el espacio exterior, es solo una estrategia de marketing para llamar la atención del público, que, efectivamente funciona. Este sacrificio se presenta después del debate moral, trillado en muchas otras cintas, sobre dejar morir a alguien por el bien común, para que todos los demás sobrevivan.
La fotografía es correcta, lo mínimo esperable de una superproducción de estas características, pero para nada es original. Es una producción más con el sello de Netflix que parece ordenar "planitud" en todos sus films. Los efectos especiales están muy conseguidos y el departamento de arte hace una labor increíble.
Lo decepcionante de la obra no son sus aspectos técnicos, sino un guion muy poco trabajado, que está lleno de incongruencias y que se cae por su propio peso. La primera pregunta que nos hacemos como espectadores, es ¿cómo es posible que alguien haya atornillado una compuerta sin darse cuenta de que hay un hombre dentro?, no se entiende que la NASA haya podido pasar ese fallo por alto; este "error" es más propio de un largometraje de comedia, que de un drama de ciencia ficción. Por otra parte, también sorprende que no puedan arreglar unos cables calcinados que están conectados al CDR (el aparato que elimina el dióxido de carbono del aire, y, por tanto, les permite respirar), ¿realmente no pueden poner unos nuevos?. Aunque sin lugar a dudas la pregunta del millón está relacionada con el tema y el desenlace final; nos ponemos en situación: han descubierto que hay oxígeno de sobra para que nadie tenga que morir, pero no pueden acceder al mismo por una tormenta solar. En vez de esperarse a que esta pase, y volver a realizar la incursión hacia el tanque de oxígeno, Zoe decide sacrificarse sin planteárselo demasiado, de forma que la misión pueda seguir adelante.
Como poco es preocupante, que un guion que no aprobaría siquiera un curso de escritura haya podido convertirse en una película de millones de dólares, y que, de hecho, el público se decida a verla hasta el punto de resultar en el top 5 de Netflix.
"Polizón / Stowaway" ofrece una narrativa que se cae por su propio peso y un discurso moralista muy trillado, a ritmo de una nana que te deja dormido en el sofá.
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