Crítica: "La ruina / The Undoing", psicopatía en la jet set
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Por Carolina G. Guerrero
La reciente propuesta dramática de HBO, “La ruina / The Undoing”, se despidió días atrás tras seis capítulos, que nos han tenido en vilo y expectantes a muchos, y aunque al concluir, sea irremediable el análisis final con sus luces y sus sombras, o lo que es lo mismo, con sus decepciones y sus meteduras de pata, lo cierto es que el enganche ha sido importante.
El final sin duda ha sido bastante decepcionante, con apuestas incluidas, (yo he perdido). El guionista, David E. Kelley, como es lógico, ponía el dedo acusador en varios de los personajes, para jugar con el espectador.
Voy a intentar en la medida de lo posible evitar espoilear lo mínimo, para aquellos que aun no hayan comenzado o terminado de ver la serie en la que han colaborado Kelly y la realizadora Susanne Bier.
Pero los exitosos guionistas de anteriores series, esta vez han tenido que echar mano del best seller de Jean Hanff Korelitz de titulo “Tu ya lo sabias / You should have known”.
Se trata de una novela dirigida en un principio para publico femenino, y que se centra en la figura de la psicoanalista Grace Fraser, y en el libro que está a punto de publicar, basándose en las experiencias de sus pacientes.
Si nos aventuramos a ojear el dichoso best seller, nos daremos cuenta en seguida, que los guionistas se han inspirado solamente en algunos ingredientes del mismo, el desenlace (aunque con diferencias), el crimen, el clima de thriller, pero desde luego modificando muchísimo la trama, los acontecimientos, e incluso muchos de los personajes.
Pero volviendo a la serie, diremos que en honor a la verdad, la fascinación inicial es importante, una serie con factura de largometraje en cada uno de sus capítulos. Por supuesto el reparto era de lujo: Donald Sutherland, Nicole Kidman, Hugh Grant... tanto talento junto, estrellas de primer orden que siguen en el candelero.
Hugh comentaba que estaba encantado de dejar por fin su eterno papel de galán, que se siente cómodo con sus arrugas, esas de las que carece Nicole, pero qué demonios, ella puede hacerse lo que quiera, sigue siendo bella y elegante… Aunque en la piel de Grace, en esta historia, para ser tan buena psicoanalista se pierde bastante. Quizás el amor la ciegue... Eso pasa mucho.
Y qué decir de Sutherland padre. El papel quizás no sea lo suficientemente digno para el, pero por supuesto él lo dignifica de manera sobresaliente siempre, con lo poco que le han dado, frases soeces sin sentido incluidas…
Todo en un principio es maravilloso en esta serie, las localizaciones, áticos y casas de súper lujo en Manhattan, la jet set neoyorquina en su hábitat natural, paseos por Central Park, subastas snobs en pisazos multimillonarios, obras de arte, música clásica... etc.
Otro ingrediente que ha cautivado al personal es el vestuario estupendo que luce la Kidman. Todas queremos sus largos y elegantes abrigos de invierno, y ese estilo boho-casual exclusivo. La mismísima Vogue ha buscado las marcas de cada modelito que la pelirroja se ha enfundado en la serie.
Era todos ingredientes atrayentes para seducir al espectador, que logran su cometido. El primer capitulo estaba muy bien llevado, el segundo decaía ya un poco en alguna torpeza, y a partir del tercero las incongruencias y meteduras de pata abundan demasiado.
Por supuesto que se intenta confundir a la audiencia, con trucos, giros y golpes de efectos psicológicos que se desmontan antes de despuntar siquiera.
¿Qué tiene de bueno?, pues que estamos en plena pandemia, y nos encantaba cada semana ver la siguiente entrega, y nos hacemos mil conjeturas, aunque como pasa con muchas malas películas, la audiencia elucubra, desgrana y dilucida, mucho más de lo que nos muestran en realidad. Es decir, que el espectador es el que tiene la habilidad de haber podido crear un clímax mucho más intenso y conseguido, con otro resultado que el que nos brindan estos guionistas, que se han perdido en sus incoherencias.
Otro punto a favor es que esta bien interpretada, sí, por supuesto. Esta bien filmada también, pero por ejemplo el juicio que se presenta como el escenario principal en el desenlace de la trama no tiene el suficiente empaque, ni emoción, se pierde, no tiene la tensión necesaria, y hace aguas por todas partes.
No podemos olvidarnos del papel de Henry, el pequeño de 12 años, hijo de la pareja, al que da vida Noah Jupe, quien lo hace de maravilla.
Es un chico inteligente, educado, listo, sensible y fuerte a la vez, cariñoso y talentoso, vamos que lo tiene todo, incluso posee la cabeza mejor amueblada de todos los personajes que se nos presentan, y nos da muchas lecciones, y por supuesto da mil vueltas a todos los adultos que le rodean. Para mí lo mejor de la serie es él.
Todo el mundo sigue hablando de este serial en el que un oncólogo infantil, es acusado del asesinato de su amante, una chica sin duda extraña y de gran magnetismo sexual, la supuestamente trastornada Elena Alves.
¿Qué sentido tiene ese escándalo de las mujeres del club del colegio al ver a la chica dar el pecho a su pequeña?, todas escandalizadas como si se estuviera masturbando encima de la mesa de té, o algo peor, o cuando se planta desnuda, con su cuerpo de escándalo frente a Grace en el vestuario del gimnasio provocando en la psicóloga una perturbación inexplicable, ¿ trucos de guionista?, ¿pistolas de Chejov?, quien lo sabe…
Pero claro, esas pistolas de Chejov, o esas pistas tienen luego que esclarecerse y estas también se quedan huérfanas de resolución.
Y como no vamos a desvelar el final, diremos, que está muy bien ver a estos actores juntos en un proyecto de estas características, pero que es una pena, que con todo el talento que hay por ahí en cuanto a guiones se refiere, esta serie haya decepcionado por su contenido y lo mal que se desarrolla y se resuelve, eso sin contar con los secundarios también de lujo igualmente desaprovechados, léase, Edgar Ramirez, o Lily Rabe, o el papel del tremeníisimo Ismael Cruz Córdova, que interpreta al marido engañado por Elena, que casi lo dan por mudo, podían haber escogido a un actor menos agraciado. Nadie en su sano juicio cambiaría a un marido así por beneficiarse a un maduro y algo decrépito Grant, aunque ahí ya entran otro tipo de factores de endiosamiento, y el poco juicio de la artista plástica del Bronx.
Es casi seguro que no habrá secuela, es una pena desperdiciar talento y recursos para una serie que se ha quedado coja casi a su inicio, esperemos que otra vez pueda ser, lo que esta claro es que no ha sido una “ruina” propiamente dicha, pues ha funcionado excelentemente y aun seguimos hablando de ella.
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La reciente propuesta dramática de HBO, “La ruina / The Undoing”, se despidió días atrás tras seis capítulos, que nos han tenido en vilo y expectantes a muchos, y aunque al concluir, sea irremediable el análisis final con sus luces y sus sombras, o lo que es lo mismo, con sus decepciones y sus meteduras de pata, lo cierto es que el enganche ha sido importante.
El final sin duda ha sido bastante decepcionante, con apuestas incluidas, (yo he perdido). El guionista, David E. Kelley, como es lógico, ponía el dedo acusador en varios de los personajes, para jugar con el espectador.
Voy a intentar en la medida de lo posible evitar espoilear lo mínimo, para aquellos que aun no hayan comenzado o terminado de ver la serie en la que han colaborado Kelly y la realizadora Susanne Bier.
Pero los exitosos guionistas de anteriores series, esta vez han tenido que echar mano del best seller de Jean Hanff Korelitz de titulo “Tu ya lo sabias / You should have known”.
Se trata de una novela dirigida en un principio para publico femenino, y que se centra en la figura de la psicoanalista Grace Fraser, y en el libro que está a punto de publicar, basándose en las experiencias de sus pacientes.
Si nos aventuramos a ojear el dichoso best seller, nos daremos cuenta en seguida, que los guionistas se han inspirado solamente en algunos ingredientes del mismo, el desenlace (aunque con diferencias), el crimen, el clima de thriller, pero desde luego modificando muchísimo la trama, los acontecimientos, e incluso muchos de los personajes.
Pero volviendo a la serie, diremos que en honor a la verdad, la fascinación inicial es importante, una serie con factura de largometraje en cada uno de sus capítulos. Por supuesto el reparto era de lujo: Donald Sutherland, Nicole Kidman, Hugh Grant... tanto talento junto, estrellas de primer orden que siguen en el candelero.
Hugh comentaba que estaba encantado de dejar por fin su eterno papel de galán, que se siente cómodo con sus arrugas, esas de las que carece Nicole, pero qué demonios, ella puede hacerse lo que quiera, sigue siendo bella y elegante… Aunque en la piel de Grace, en esta historia, para ser tan buena psicoanalista se pierde bastante. Quizás el amor la ciegue... Eso pasa mucho.
Y qué decir de Sutherland padre. El papel quizás no sea lo suficientemente digno para el, pero por supuesto él lo dignifica de manera sobresaliente siempre, con lo poco que le han dado, frases soeces sin sentido incluidas…
Todo en un principio es maravilloso en esta serie, las localizaciones, áticos y casas de súper lujo en Manhattan, la jet set neoyorquina en su hábitat natural, paseos por Central Park, subastas snobs en pisazos multimillonarios, obras de arte, música clásica... etc.
Otro ingrediente que ha cautivado al personal es el vestuario estupendo que luce la Kidman. Todas queremos sus largos y elegantes abrigos de invierno, y ese estilo boho-casual exclusivo. La mismísima Vogue ha buscado las marcas de cada modelito que la pelirroja se ha enfundado en la serie.
Era todos ingredientes atrayentes para seducir al espectador, que logran su cometido. El primer capitulo estaba muy bien llevado, el segundo decaía ya un poco en alguna torpeza, y a partir del tercero las incongruencias y meteduras de pata abundan demasiado.
Por supuesto que se intenta confundir a la audiencia, con trucos, giros y golpes de efectos psicológicos que se desmontan antes de despuntar siquiera.
¿Qué tiene de bueno?, pues que estamos en plena pandemia, y nos encantaba cada semana ver la siguiente entrega, y nos hacemos mil conjeturas, aunque como pasa con muchas malas películas, la audiencia elucubra, desgrana y dilucida, mucho más de lo que nos muestran en realidad. Es decir, que el espectador es el que tiene la habilidad de haber podido crear un clímax mucho más intenso y conseguido, con otro resultado que el que nos brindan estos guionistas, que se han perdido en sus incoherencias.
Otro punto a favor es que esta bien interpretada, sí, por supuesto. Esta bien filmada también, pero por ejemplo el juicio que se presenta como el escenario principal en el desenlace de la trama no tiene el suficiente empaque, ni emoción, se pierde, no tiene la tensión necesaria, y hace aguas por todas partes.
No podemos olvidarnos del papel de Henry, el pequeño de 12 años, hijo de la pareja, al que da vida Noah Jupe, quien lo hace de maravilla.
Es un chico inteligente, educado, listo, sensible y fuerte a la vez, cariñoso y talentoso, vamos que lo tiene todo, incluso posee la cabeza mejor amueblada de todos los personajes que se nos presentan, y nos da muchas lecciones, y por supuesto da mil vueltas a todos los adultos que le rodean. Para mí lo mejor de la serie es él.
Todo el mundo sigue hablando de este serial en el que un oncólogo infantil, es acusado del asesinato de su amante, una chica sin duda extraña y de gran magnetismo sexual, la supuestamente trastornada Elena Alves.
¿Qué sentido tiene ese escándalo de las mujeres del club del colegio al ver a la chica dar el pecho a su pequeña?, todas escandalizadas como si se estuviera masturbando encima de la mesa de té, o algo peor, o cuando se planta desnuda, con su cuerpo de escándalo frente a Grace en el vestuario del gimnasio provocando en la psicóloga una perturbación inexplicable, ¿ trucos de guionista?, ¿pistolas de Chejov?, quien lo sabe…
Pero claro, esas pistolas de Chejov, o esas pistas tienen luego que esclarecerse y estas también se quedan huérfanas de resolución.
Y como no vamos a desvelar el final, diremos, que está muy bien ver a estos actores juntos en un proyecto de estas características, pero que es una pena, que con todo el talento que hay por ahí en cuanto a guiones se refiere, esta serie haya decepcionado por su contenido y lo mal que se desarrolla y se resuelve, eso sin contar con los secundarios también de lujo igualmente desaprovechados, léase, Edgar Ramirez, o Lily Rabe, o el papel del tremeníisimo Ismael Cruz Córdova, que interpreta al marido engañado por Elena, que casi lo dan por mudo, podían haber escogido a un actor menos agraciado. Nadie en su sano juicio cambiaría a un marido así por beneficiarse a un maduro y algo decrépito Grant, aunque ahí ya entran otro tipo de factores de endiosamiento, y el poco juicio de la artista plástica del Bronx.
Es casi seguro que no habrá secuela, es una pena desperdiciar talento y recursos para una serie que se ha quedado coja casi a su inicio, esperemos que otra vez pueda ser, lo que esta claro es que no ha sido una “ruina” propiamente dicha, pues ha funcionado excelentemente y aun seguimos hablando de ella.
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