Crítica: "Fatman", violento Papá Noel
- por © Escribiendocine- NOTICINE.com
Por Emiliano Basile
La idea de "Fatman" (2020) era buena, presentar a un Mel Gibson barbudo, maldiciendo niños y tomando en un bar, hasta que un niño molesto con su regalo lo envía a matar por un sicario. Pero este intento de comedia irreverente fracasa en su propuesta y cierra sobre el modelo tradicional de film navideño. En definitiva, ni encanto ni gracia en una película para el olvido.
Mel Gibson es Chris, el Santa Claus de carne y hueso que vive en Alaska, lleva una vida tranquila con su mujer Ruth (Marianne Jean-Baptiste), y tiene a sus empleados Elfos trabajando en el almacén detrás de su vivienda. Su imagen está en caída libre y recibe un cheque de menor valor por el Gobierno de Estados Unidos para realizar su labor anual. Esto lo lleva a aceptar un contrato con el ejército para fabricar armas. Pero el asunto no pasa por ahí, porque en paralelo un niño millonario y malcriado, disconforme con el regalo navideño, envía un sicario (Walton Goggins) a matarlo.
Hay buenas e interesantes ideas que podrían haber derivado en una propuesta divertida y corrosiva. Pero "Fatman" no tiene ni la desfachatez de "Un Santa no tan santo / Bad Santa" (2003), ni la fábula familiar de "Solo en casa / Mi pobre angelito / Home Alone" (1990). Se queda a mitad de camino, no llega a las escenas límites y políticamente incorrectas que la relación Santa Claus-Gobierno de Estados Unidos supone, ni al cierre conciliador de cualquier fábula navideña que, cuando llega, se siente demasiado tarde y forzado para una película que no supo definir su rumbo.
Kurt Russell hizo de Santa para Netflix en "Crónicas de Navidad / The Christmas Chronicles" (2018) y ahora es el turno de otro tipo "duro" de Hollywood en lo que parece ser el único atractivo del film. Un crítico español dijo "yo creía que la pandemia arruinaría la Navidad pero Mel Gibson llegó primero", tal vez sea exagerado, pero el comentario divierte más que la película.
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La idea de "Fatman" (2020) era buena, presentar a un Mel Gibson barbudo, maldiciendo niños y tomando en un bar, hasta que un niño molesto con su regalo lo envía a matar por un sicario. Pero este intento de comedia irreverente fracasa en su propuesta y cierra sobre el modelo tradicional de film navideño. En definitiva, ni encanto ni gracia en una película para el olvido.
Mel Gibson es Chris, el Santa Claus de carne y hueso que vive en Alaska, lleva una vida tranquila con su mujer Ruth (Marianne Jean-Baptiste), y tiene a sus empleados Elfos trabajando en el almacén detrás de su vivienda. Su imagen está en caída libre y recibe un cheque de menor valor por el Gobierno de Estados Unidos para realizar su labor anual. Esto lo lleva a aceptar un contrato con el ejército para fabricar armas. Pero el asunto no pasa por ahí, porque en paralelo un niño millonario y malcriado, disconforme con el regalo navideño, envía un sicario (Walton Goggins) a matarlo.
Hay buenas e interesantes ideas que podrían haber derivado en una propuesta divertida y corrosiva. Pero "Fatman" no tiene ni la desfachatez de "Un Santa no tan santo / Bad Santa" (2003), ni la fábula familiar de "Solo en casa / Mi pobre angelito / Home Alone" (1990). Se queda a mitad de camino, no llega a las escenas límites y políticamente incorrectas que la relación Santa Claus-Gobierno de Estados Unidos supone, ni al cierre conciliador de cualquier fábula navideña que, cuando llega, se siente demasiado tarde y forzado para una película que no supo definir su rumbo.
Kurt Russell hizo de Santa para Netflix en "Crónicas de Navidad / The Christmas Chronicles" (2018) y ahora es el turno de otro tipo "duro" de Hollywood en lo que parece ser el único atractivo del film. Un crítico español dijo "yo creía que la pandemia arruinaría la Navidad pero Mel Gibson llegó primero", tal vez sea exagerado, pero el comentario divierte más que la película.
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