Crítica: "Borat: Subsequent Moviefilm", retorno al mundo primitivo
- por © Escribiendocine-NOTICINE.com
Por Emiliano Basile
Es grato encontrarse con un personaje del pasado pero, mejor aún, pensar los motivos sociopolíticos que lo traen de regreso. Y en el humor políticamente incorrecto del humorista de "Brüno" (2009) y "El dictador" (2012), el renacimiento del universo republicano planta las bases precisas para hacerlo.
En ese contexto vuelve el primer gran personaje creado por Sacha Baron Cohen para el cine, el reportero televisivo de la primitiva República de Kazajistán, ahora ofendida por ser objeto de burlas mundial luego de la anterior película (recordemos que ambos films son falsos documentales supuestamente encargados por el Gobierno). El país del tercer mundo sigue tan atrasado como siempre en cuanto al lugar de la mujer en la sociedad (en un granero junto a las vacas) y en el pensamiento mágico para explicar sus males (los judíos demoníacos, las calculadoras en vez de teléfonos móviles).
Una producción original de Amazon Prime Video que apunta a las políticas ultraconservadoras impuestas por la gestión de Trump porque, como en todas las películas del comediante, la crítica no es al primitivo país de origen sino a los -supuestamente progresistas- Estados Unidos de América.
Borat (Sacha Baron Cohen) tiene que llevar una ofrenda a McDonald Trump (como él lo llama). El obsequio es un mono que en su país es Ministro y, a la vez, estrella porno. Pero algo sucede y decide entregar en su lugar a su hija de 15 años al vicepresidente Mike Pence por su fama con las mujeres, y luego al exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.
Sin la originalidad de la primera ni la desfachatez (en tanto humor escatológico) "Borat: Subsequent Moviefilm" (2020) tiene su razón de ser en el contexto que se realiza, con la campaña presidencial en el horizonte y el coronavirus rodeando la escena. Con esta premisa inicial el film justifica una sucesión de situaciones que no son otra cosa que un recorrido por lo peor de la ideología republicana. "¿Qué es más peligroso este virus o los demócratas?" pregunta a unos sureños, en una gran síntesis de la película.
Borat regresó pero no por su propia voluntad, Trump lo trajo de vuelta.
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Es grato encontrarse con un personaje del pasado pero, mejor aún, pensar los motivos sociopolíticos que lo traen de regreso. Y en el humor políticamente incorrecto del humorista de "Brüno" (2009) y "El dictador" (2012), el renacimiento del universo republicano planta las bases precisas para hacerlo.
En ese contexto vuelve el primer gran personaje creado por Sacha Baron Cohen para el cine, el reportero televisivo de la primitiva República de Kazajistán, ahora ofendida por ser objeto de burlas mundial luego de la anterior película (recordemos que ambos films son falsos documentales supuestamente encargados por el Gobierno). El país del tercer mundo sigue tan atrasado como siempre en cuanto al lugar de la mujer en la sociedad (en un granero junto a las vacas) y en el pensamiento mágico para explicar sus males (los judíos demoníacos, las calculadoras en vez de teléfonos móviles).
Una producción original de Amazon Prime Video que apunta a las políticas ultraconservadoras impuestas por la gestión de Trump porque, como en todas las películas del comediante, la crítica no es al primitivo país de origen sino a los -supuestamente progresistas- Estados Unidos de América.
Borat (Sacha Baron Cohen) tiene que llevar una ofrenda a McDonald Trump (como él lo llama). El obsequio es un mono que en su país es Ministro y, a la vez, estrella porno. Pero algo sucede y decide entregar en su lugar a su hija de 15 años al vicepresidente Mike Pence por su fama con las mujeres, y luego al exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.
Sin la originalidad de la primera ni la desfachatez (en tanto humor escatológico) "Borat: Subsequent Moviefilm" (2020) tiene su razón de ser en el contexto que se realiza, con la campaña presidencial en el horizonte y el coronavirus rodeando la escena. Con esta premisa inicial el film justifica una sucesión de situaciones que no son otra cosa que un recorrido por lo peor de la ideología republicana. "¿Qué es más peligroso este virus o los demócratas?" pregunta a unos sureños, en una gran síntesis de la película.
Borat regresó pero no por su propia voluntad, Trump lo trajo de vuelta.
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