Crítica: "Los chicos de la banda / The Boys in the Band", amigos son los amigos
- por © Escribiendocine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
Con dirección de Joe Mantello ("Love! Valour! Compassion!") Netflix propone la adaptación cinematográfica de la obra teatral homónima de Mart Crowley que a su vez, en 1970, dirigió en cine William Friedkin. Producida por Ryan Murphy y protagonizada por Jim Parsons y Zachary Quinto, "Los chicos de la banda / The Boys in the Band" (2020), disponible en Netflix, es el retrato de la vida gay hace cincuenta años en la cosmopolita ciudad de Nueva York.
La historia presenta a un grupo de amigos encabezado por Michael (Jim Parsons), el anfitrión de la fiesta de cumpleaños para el cínico Harold (Zachary Quinto), en la que una sana diversión dará paso a la hostilidad por una visita inesperada y un juego que nunca debió empezar.
El resto de chicos de la banda son Larry (Andrew Rannells), el más promiscuo; Hank (Tuc Watkins), el más fiel; Donald (Matt Bomer), el más intelectual y analítico; Emory (Robin de Jesus), el más exuberante, y Bernard (Michael Benjamin Washington), afroamericano de raíces humildes que un día se enamoró de un chico rico y blanco. Pero hay dos figuras adicionales que llegan al departamento y desencadenan el conflicto. El primero es un joven llamado Cowboy (Charlie Carver), que es el "regalo" de Emory para Harold, y el otro es Alan (Brian Hutchison), un excompañero de universidad de Michael que lo visita de improviso y no sabe que es gay. Todos los protagonistas son homosexuales que viven su identidad con absoluta libertad en Hollywood, lo que también es algo rupturista para la industria.
Mezcla de comedia agridulce con drama catártico, Los chicos de la banda es en su genésis un relato teatral cuya transposición para esta nueva versión estuvo a cargo del propio Mart Crowley, el dramaturgo que defendió la idea en los 60 y falleció en marzo de este año. Un texto que aborda la realidad LGTB en la ciudad de Nueva York mucho antes de que esta fuera un tema que se pudiera tratar libremente, aunque no sufriera ya entonces la persecución de los años de la caza de brujas y de las listas negras del senador McCarthy que asociaban el hecho de ser gay con el comunismo. Los Disturbios de Stonewall no se producirían hasta 1969 por lo que esta producción resultó ser una pionera. Además, fue la primera representación teatral protagonizada por personajes homosexuales que no tenía un final trágico, algo verdaderamente revolucionario.
Esta revisión que propone Netflix, que hoy puede parecer anacrónica, tiene el sello de Ryan Murphy en todo su esplendor, desde la puesta en escena, la estética visual, los tópicos por los que transita y hasta sus actores fetiches. Aquí en estado de gracia. Pero "Los chicos de la banda / The Boys in the Band" no solo es el documento detallado de la cultura LGTB a través del retrato generacional de un grupo de amigos en los años 70, sino que hoy alcanza puntos de conexión con la actualidad ante una época de reflexión y frustración dominada por la precariedad y la crisis.
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Con dirección de Joe Mantello ("Love! Valour! Compassion!") Netflix propone la adaptación cinematográfica de la obra teatral homónima de Mart Crowley que a su vez, en 1970, dirigió en cine William Friedkin. Producida por Ryan Murphy y protagonizada por Jim Parsons y Zachary Quinto, "Los chicos de la banda / The Boys in the Band" (2020), disponible en Netflix, es el retrato de la vida gay hace cincuenta años en la cosmopolita ciudad de Nueva York.
La historia presenta a un grupo de amigos encabezado por Michael (Jim Parsons), el anfitrión de la fiesta de cumpleaños para el cínico Harold (Zachary Quinto), en la que una sana diversión dará paso a la hostilidad por una visita inesperada y un juego que nunca debió empezar.
El resto de chicos de la banda son Larry (Andrew Rannells), el más promiscuo; Hank (Tuc Watkins), el más fiel; Donald (Matt Bomer), el más intelectual y analítico; Emory (Robin de Jesus), el más exuberante, y Bernard (Michael Benjamin Washington), afroamericano de raíces humildes que un día se enamoró de un chico rico y blanco. Pero hay dos figuras adicionales que llegan al departamento y desencadenan el conflicto. El primero es un joven llamado Cowboy (Charlie Carver), que es el "regalo" de Emory para Harold, y el otro es Alan (Brian Hutchison), un excompañero de universidad de Michael que lo visita de improviso y no sabe que es gay. Todos los protagonistas son homosexuales que viven su identidad con absoluta libertad en Hollywood, lo que también es algo rupturista para la industria.
Mezcla de comedia agridulce con drama catártico, Los chicos de la banda es en su genésis un relato teatral cuya transposición para esta nueva versión estuvo a cargo del propio Mart Crowley, el dramaturgo que defendió la idea en los 60 y falleció en marzo de este año. Un texto que aborda la realidad LGTB en la ciudad de Nueva York mucho antes de que esta fuera un tema que se pudiera tratar libremente, aunque no sufriera ya entonces la persecución de los años de la caza de brujas y de las listas negras del senador McCarthy que asociaban el hecho de ser gay con el comunismo. Los Disturbios de Stonewall no se producirían hasta 1969 por lo que esta producción resultó ser una pionera. Además, fue la primera representación teatral protagonizada por personajes homosexuales que no tenía un final trágico, algo verdaderamente revolucionario.
Esta revisión que propone Netflix, que hoy puede parecer anacrónica, tiene el sello de Ryan Murphy en todo su esplendor, desde la puesta en escena, la estética visual, los tópicos por los que transita y hasta sus actores fetiches. Aquí en estado de gracia. Pero "Los chicos de la banda / The Boys in the Band" no solo es el documento detallado de la cultura LGTB a través del retrato generacional de un grupo de amigos en los años 70, sino que hoy alcanza puntos de conexión con la actualidad ante una época de reflexión y frustración dominada por la precariedad y la crisis.
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