Crítica: "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York", divertida nostalgia
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Por Eduardo Larrocha
Woody Allen ha dirigido y escrito el guión de "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York" (2018). Fiel a la cita casi anual con los espectadores, construye una comedia nostálgica plena de diálogos divertidos, ingeniosos y en ocasiones amargos. A veces esos diálogos llevan a la risa y puede que hasta la carcajada, aunque los subtítulos en español lo pongan difícil por más que sea aconsejable, como siempre, verla en versión original en inglés. Las acusaciones contra el cineasta estadounidenses rompieron su acuerdo con Amazon, que financió esta película, y ahora ha logrado distribuirla en salas de diferentes mercados. En España esta semana, y el mes próximo en Argentina y México, siendo una incógnita cuándo se pueda ver en EEUU.
Como ha hecho tantas veces, recordamos "Annie Hall" (1977), "Manhattan" (hace ya 40 años del estreno), "La rosa púrpura de El Cairo" (1985) y ahora en esta nueva película Woody Allen vuelve a contarnos una historia romántica ambientada en esa ciudad que tanto ama, capital de su mundo cinematográfico. De la mano de sus personajes recorremos rincones reconocibles y perdurables de un tiempo pasado: el Bar Bremelmann, el café Carlyle y, por supuesto, Central Park, mientras los protagonistas recorren las calles de Nueva York. Todo ello arropado en la atmósfera de una excelente banda sonora a ritmo de jazz.
Romance de dos universitarios a quienes el azar y sus propias inquietudes separan en el periplo de un fin de semana lluvioso en el que ambos quisieran haber estado juntos por fin, la película sigue los encuentros y desencuentros, acordes y desacuerdos, de Gatsby y Ashleigh a la búsqueda ella de una entrevista con Roland Pollard (Liev Schreiber) famoso director que encarna sus anhelos de glamour y aventura.
Timotee Chalamet, que tuvo un papel protagonista en "Call me by your name", está muy acertado en su interpretación de ese joven rico, soñador y rebelde que es Gatsby. Encarna otro más de los alter ego del director. No puede ser casual la elección de ese nombre evocador del personaje literario de Scott Fitgerald. Gatsby es un chico bien e inconformista que se resiste a convertirse en lo que sus ricos padres pretenden de él. Elle Fanning, a quien pudimos ver en "Ginger and Rose" es Ashleigh el contrapunto femenino, también de familia adinerada, como Gatsby, pero de procedencia rural. Ambos son los protagonistas de esta historia. También como referente figura la madre de Gatsby, Cherry Jones, que ese mismo día lluvioso ha planificado una gran fiesta de ricos en su casa de Manhattan. Selena Gómez y Jude Law son otras dos piezas importantes del engranaje amoroso argumental de "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York".
La lluvia en esta producción americana no es sólo parte del título, también aporta mucho a la luz que filma Vittorio Storaro con la que recrea el ambiente de otra época que sugiere un intento de comprender el presente. Con el director de fotografía italiano ya había trabajado antes Woody Allen en "Café Society" y en "Wonder Wheel". La película habla de la identidad, de lo que son, lo que quieren ser y lo que el destino parece haber dictado a los protagonistas. Aspiran el chico y la chica a que los demás vean quienes son realmente y que no crean lo que aparentan ser. También aparecen los devaneos, ligues y escarceos sexuales que abundan en la frivolidad del mundo del cine. Ahí está el director con sus obsesiones.
No tardaremos mucho, para la próxima primavera, en tener la siguiente película de Woody Allen. El director norteamericano, al que tan poco quieren en su país especialmente desde el auge del movimiento "Me too", se ha pasado el último verano rodando y sorteando la paciencia de los donostiarras al haber convertido la ciudad en un plató para rodar su siguiente película. Y lleva nada menos que medio centenar. De momento tenemos "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York" para disfrute de los adeptos al sello personal de su cine. A quienes no les guste no hace falta decirles que no vayan a verla, porque es Woody Allen en estado puro y nostálgico.
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Woody Allen ha dirigido y escrito el guión de "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York" (2018). Fiel a la cita casi anual con los espectadores, construye una comedia nostálgica plena de diálogos divertidos, ingeniosos y en ocasiones amargos. A veces esos diálogos llevan a la risa y puede que hasta la carcajada, aunque los subtítulos en español lo pongan difícil por más que sea aconsejable, como siempre, verla en versión original en inglés. Las acusaciones contra el cineasta estadounidenses rompieron su acuerdo con Amazon, que financió esta película, y ahora ha logrado distribuirla en salas de diferentes mercados. En España esta semana, y el mes próximo en Argentina y México, siendo una incógnita cuándo se pueda ver en EEUU.
Como ha hecho tantas veces, recordamos "Annie Hall" (1977), "Manhattan" (hace ya 40 años del estreno), "La rosa púrpura de El Cairo" (1985) y ahora en esta nueva película Woody Allen vuelve a contarnos una historia romántica ambientada en esa ciudad que tanto ama, capital de su mundo cinematográfico. De la mano de sus personajes recorremos rincones reconocibles y perdurables de un tiempo pasado: el Bar Bremelmann, el café Carlyle y, por supuesto, Central Park, mientras los protagonistas recorren las calles de Nueva York. Todo ello arropado en la atmósfera de una excelente banda sonora a ritmo de jazz.
Romance de dos universitarios a quienes el azar y sus propias inquietudes separan en el periplo de un fin de semana lluvioso en el que ambos quisieran haber estado juntos por fin, la película sigue los encuentros y desencuentros, acordes y desacuerdos, de Gatsby y Ashleigh a la búsqueda ella de una entrevista con Roland Pollard (Liev Schreiber) famoso director que encarna sus anhelos de glamour y aventura.
Timotee Chalamet, que tuvo un papel protagonista en "Call me by your name", está muy acertado en su interpretación de ese joven rico, soñador y rebelde que es Gatsby. Encarna otro más de los alter ego del director. No puede ser casual la elección de ese nombre evocador del personaje literario de Scott Fitgerald. Gatsby es un chico bien e inconformista que se resiste a convertirse en lo que sus ricos padres pretenden de él. Elle Fanning, a quien pudimos ver en "Ginger and Rose" es Ashleigh el contrapunto femenino, también de familia adinerada, como Gatsby, pero de procedencia rural. Ambos son los protagonistas de esta historia. También como referente figura la madre de Gatsby, Cherry Jones, que ese mismo día lluvioso ha planificado una gran fiesta de ricos en su casa de Manhattan. Selena Gómez y Jude Law son otras dos piezas importantes del engranaje amoroso argumental de "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York".
La lluvia en esta producción americana no es sólo parte del título, también aporta mucho a la luz que filma Vittorio Storaro con la que recrea el ambiente de otra época que sugiere un intento de comprender el presente. Con el director de fotografía italiano ya había trabajado antes Woody Allen en "Café Society" y en "Wonder Wheel". La película habla de la identidad, de lo que son, lo que quieren ser y lo que el destino parece haber dictado a los protagonistas. Aspiran el chico y la chica a que los demás vean quienes son realmente y que no crean lo que aparentan ser. También aparecen los devaneos, ligues y escarceos sexuales que abundan en la frivolidad del mundo del cine. Ahí está el director con sus obsesiones.
No tardaremos mucho, para la próxima primavera, en tener la siguiente película de Woody Allen. El director norteamericano, al que tan poco quieren en su país especialmente desde el auge del movimiento "Me too", se ha pasado el último verano rodando y sorteando la paciencia de los donostiarras al haber convertido la ciudad en un plató para rodar su siguiente película. Y lleva nada menos que medio centenar. De momento tenemos "Día de lluvia en Nueva York / A rainy day in New York" para disfrute de los adeptos al sello personal de su cine. A quienes no les guste no hace falta decirles que no vayan a verla, porque es Woody Allen en estado puro y nostálgico.
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