Crítica: "Thor – Ragnarok", el Dios de la galaxia
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Benjamín Harguindey
"Thor – Ragnarok" (2017) representa una corrección de curso para la serie menos llamativa de los estudios Marvel, despojando al héroe finalmente de toda pretensión de seriedad - la primera película estaba dirigida por el Shakespereano Kenneth Branagh - y adoptando un ritmo y humor más de la línea de "Guardianes de la galaxia / Guardians of the Galaxy" (2014). Lo cual demuestra que no hay productora en Hollywood que no esté dispuesta a imitar a Marvel para reavivar la llama de su franquicia. Incluyendo la propia Marvel.
"Ragnarok" está a la altura del tipo de dibujito que entretendría a niños un sábado a la mañana. Es rauda, colorida, inofensiva e inconsecuente, salvo para alimentar recreos con discusiones sobre quién ganaría en una pelea, ¿Thor o Hulk? Con dos bombas en su haber, el Avenger verde es considerado veneno de taquilla, y se lo mete en la tercera película de Thor como quien encarga una tarea trivial a un empleado incompetente. Si cumple suficientes mandados tal vez Hulk algún día recupere la confianza de sus jefes en poder encabezar su propia trilogía.
La historia posee una estructura elemental: el villano comienza una pelea con el héroe y el héroe la termina al final de la película. Todo lo que ocurre en el medio es relleno y burbujas de colores; podría durar el doble así como la mitad. En cierto sentido es refrescante ya no tener que pretender que a Thor (Chris Hemsworth) le queda algo por aprender sobre trabajar en equipo o usar sus poderes responsablemente. "Ragnarok" se deshace del planeta Tierra y Natalie Portman como quien corta el lastre de un globo y libera al Dios del Trueno para que se pase la película yendo de planeta en planeta encontrándose con todo tipo de alienígenas y paisajes exóticos.
Como parte de las renovadas ínfulas cómicas del personaje, gran parte de la película está abocada al humor. Los resultados son mixtos. Thor y el resentido Loki (Tom Hiddleston) forman un buen dúo vodevilesco, Jeff Goldblum hace de Jeff Goldblum, y es divertido ver a Thor intentar congraciarse con Bruce Banner (Mark Ruffalo) insultando a Hulk y viceversa. Pero la película tiende a repetirse más allá de lo gracioso, abusando del mismo chiste demasiadas veces (alguien está por decir algo serio o hacer algo heroico y de repente son humillados) y en general explotando ad nauseam toda fuente de comedia.
Se desperdicia a Cate Blanchett en el papel de villana, porque su rol en la película es dedicarle monólogos informativos a su único súbdito y proporcionar una legión de no muertos para que los héroes masacren sin culpa en la batalla final. Tiene una buena introducción, y Blanchett es inmejorable en lo que haga, pero como está escrito el personaje no antagoniza al héroe a lo largo de la película, ya que éste se la pasa preso en otro planeta atendiendo obstáculos circunstanciales.
Con su rápido bombardeo de monstruos, peleas, locaciones y personajes, "Ragnarok" entretiene sin llegar a aturdir (a diferencia de los peores blockbusters de Michael Bay) y es tan vivaz que hace que las anteriores películas parezcan aún más lúgubres. Desde que existe este cine que la crítica abusa aquella frase de Macbeth, "un cuento contado por un idiota, lleno de sonido y furia que no significa nada". William Shakespeare sobrevive en Thor después de todo.
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"Thor – Ragnarok" (2017) representa una corrección de curso para la serie menos llamativa de los estudios Marvel, despojando al héroe finalmente de toda pretensión de seriedad - la primera película estaba dirigida por el Shakespereano Kenneth Branagh - y adoptando un ritmo y humor más de la línea de "Guardianes de la galaxia / Guardians of the Galaxy" (2014). Lo cual demuestra que no hay productora en Hollywood que no esté dispuesta a imitar a Marvel para reavivar la llama de su franquicia. Incluyendo la propia Marvel.
"Ragnarok" está a la altura del tipo de dibujito que entretendría a niños un sábado a la mañana. Es rauda, colorida, inofensiva e inconsecuente, salvo para alimentar recreos con discusiones sobre quién ganaría en una pelea, ¿Thor o Hulk? Con dos bombas en su haber, el Avenger verde es considerado veneno de taquilla, y se lo mete en la tercera película de Thor como quien encarga una tarea trivial a un empleado incompetente. Si cumple suficientes mandados tal vez Hulk algún día recupere la confianza de sus jefes en poder encabezar su propia trilogía.
La historia posee una estructura elemental: el villano comienza una pelea con el héroe y el héroe la termina al final de la película. Todo lo que ocurre en el medio es relleno y burbujas de colores; podría durar el doble así como la mitad. En cierto sentido es refrescante ya no tener que pretender que a Thor (Chris Hemsworth) le queda algo por aprender sobre trabajar en equipo o usar sus poderes responsablemente. "Ragnarok" se deshace del planeta Tierra y Natalie Portman como quien corta el lastre de un globo y libera al Dios del Trueno para que se pase la película yendo de planeta en planeta encontrándose con todo tipo de alienígenas y paisajes exóticos.
Como parte de las renovadas ínfulas cómicas del personaje, gran parte de la película está abocada al humor. Los resultados son mixtos. Thor y el resentido Loki (Tom Hiddleston) forman un buen dúo vodevilesco, Jeff Goldblum hace de Jeff Goldblum, y es divertido ver a Thor intentar congraciarse con Bruce Banner (Mark Ruffalo) insultando a Hulk y viceversa. Pero la película tiende a repetirse más allá de lo gracioso, abusando del mismo chiste demasiadas veces (alguien está por decir algo serio o hacer algo heroico y de repente son humillados) y en general explotando ad nauseam toda fuente de comedia.
Se desperdicia a Cate Blanchett en el papel de villana, porque su rol en la película es dedicarle monólogos informativos a su único súbdito y proporcionar una legión de no muertos para que los héroes masacren sin culpa en la batalla final. Tiene una buena introducción, y Blanchett es inmejorable en lo que haga, pero como está escrito el personaje no antagoniza al héroe a lo largo de la película, ya que éste se la pasa preso en otro planeta atendiendo obstáculos circunstanciales.
Con su rápido bombardeo de monstruos, peleas, locaciones y personajes, "Ragnarok" entretiene sin llegar a aturdir (a diferencia de los peores blockbusters de Michael Bay) y es tan vivaz que hace que las anteriores películas parezcan aún más lúgubres. Desde que existe este cine que la crítica abusa aquella frase de Macbeth, "un cuento contado por un idiota, lleno de sonido y furia que no significa nada". William Shakespeare sobrevive en Thor después de todo.
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