Crítica: "Peter y el dragón/ Mi amigo el dragón", educación en valores
- por © NOTICINE.com
Por Edurne Sarriegui
"Peter y el dragón/ Mi amigo el dragón/ Pete’s Dragon" es la nueva versión que hace Disney de su film de similar título del año 1977, un musical en el que se mezclaban actores reales con animación, el cual en su día no tuvo la repercusión de otros grandes éxitos del estudio. Con algunas diferencias en el argumento y una actualización en la imagen del dragón que ahora se produce con animación por computadora (CGI), David Lowery ("En un lugar sin ley/ Ain’t them bodies saints"), realizador y guionista -acompañado en este segundo rubro por Toby Halbrooks- asegura el entretenimiento familiar desde el lugar más clásico de los productos de este sello.
En un pequeño pueblo rodeado por bosques corren historias que nadie cree sobre la existencia de un dragón que vive en las proximidades. Meacham (Robert Redford) se encarga de contar a los más pequeños cómo fue que él llegó a verlo en una ocasión.
Tras un accidente en la carretera en el que mueren sus padres, el pequeño Pete (Oakes Fegley) se pierde en el bosque. Como un Tarzán contemporáneo, encuentra cuidado, cariño y protección en un dragón al cual nombra Elliot. Seis años después Pete es descubierto por Grace (Bryce Dallas Howard), una guarda forestal que ama y respeta profundamente el bosque. La dulce Grace no cree las historias de su padre Meacham y se sorprende mucho cuando todo indica que Pete sobrevivió todos estos años en el bosque gracias a la ayuda de un dragón. El conflicto se plantea cuando un grupo decide salir en busca del monstruo para atraparlo.
El film tiene una subtrama con un tono ecológico que no llega a ser relevante y se centra casi totalmente en la relación entre el niño y el dragón y más tarde en la readaptación de Pete al trato con otros humanos.
Muy lejos de las representaciones a las que estamos acostumbrados de estos seres mitológicos, Elliot tiene una personalidad entrañable. Este dragón peludo y alado (que recuerda al en su día sorprendente de "La historia interminable", más parecido a un perro con alas que a una criatura escamosa) está muy lejos de los atemorizantes reptiles voladores presentes en el imaginario popular. Más bien parece un cachorro gigante que además puede volar, siempre dispuesto a dar abrazos y con una inusual capacidad para mimetizarse hasta hacerse invisible a pesar de su enorme tamaño.
"Peter y el dragón/ Mi amigo el dragón/ Pete’s dragon" cuenta con todos los condimentos que se pueden esperar de una cinta de Disney: pone el foco en exaltar valores tradicionales como la valentía, la lealtad, la amistad y la familia. Se desliza con habilidad a través de situaciones altamente emotivas y deja volar alto a la imaginación. Claramente dirigida a los más pequeños, conviene no olvidar que se trata de un cuento infantil en el que la fantasía toma las riendas y permite soñar a todos los niños con tener un amigo como Elliot.
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"Peter y el dragón/ Mi amigo el dragón/ Pete’s Dragon" es la nueva versión que hace Disney de su film de similar título del año 1977, un musical en el que se mezclaban actores reales con animación, el cual en su día no tuvo la repercusión de otros grandes éxitos del estudio. Con algunas diferencias en el argumento y una actualización en la imagen del dragón que ahora se produce con animación por computadora (CGI), David Lowery ("En un lugar sin ley/ Ain’t them bodies saints"), realizador y guionista -acompañado en este segundo rubro por Toby Halbrooks- asegura el entretenimiento familiar desde el lugar más clásico de los productos de este sello.
En un pequeño pueblo rodeado por bosques corren historias que nadie cree sobre la existencia de un dragón que vive en las proximidades. Meacham (Robert Redford) se encarga de contar a los más pequeños cómo fue que él llegó a verlo en una ocasión.
Tras un accidente en la carretera en el que mueren sus padres, el pequeño Pete (Oakes Fegley) se pierde en el bosque. Como un Tarzán contemporáneo, encuentra cuidado, cariño y protección en un dragón al cual nombra Elliot. Seis años después Pete es descubierto por Grace (Bryce Dallas Howard), una guarda forestal que ama y respeta profundamente el bosque. La dulce Grace no cree las historias de su padre Meacham y se sorprende mucho cuando todo indica que Pete sobrevivió todos estos años en el bosque gracias a la ayuda de un dragón. El conflicto se plantea cuando un grupo decide salir en busca del monstruo para atraparlo.
El film tiene una subtrama con un tono ecológico que no llega a ser relevante y se centra casi totalmente en la relación entre el niño y el dragón y más tarde en la readaptación de Pete al trato con otros humanos.
Muy lejos de las representaciones a las que estamos acostumbrados de estos seres mitológicos, Elliot tiene una personalidad entrañable. Este dragón peludo y alado (que recuerda al en su día sorprendente de "La historia interminable", más parecido a un perro con alas que a una criatura escamosa) está muy lejos de los atemorizantes reptiles voladores presentes en el imaginario popular. Más bien parece un cachorro gigante que además puede volar, siempre dispuesto a dar abrazos y con una inusual capacidad para mimetizarse hasta hacerse invisible a pesar de su enorme tamaño.
"Peter y el dragón/ Mi amigo el dragón/ Pete’s dragon" cuenta con todos los condimentos que se pueden esperar de una cinta de Disney: pone el foco en exaltar valores tradicionales como la valentía, la lealtad, la amistad y la familia. Se desliza con habilidad a través de situaciones altamente emotivas y deja volar alto a la imaginación. Claramente dirigida a los más pequeños, conviene no olvidar que se trata de un cuento infantil en el que la fantasía toma las riendas y permite soñar a todos los niños con tener un amigo como Elliot.
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