Crítica: "Florence", la más original "peor cantante del mundo"

por © NOTICINE.com
"Florence"
por Edurne Sarriegui    

"Florence/ Florence Foster Jenkins", obra del británico Stephen Frears ("La Reina / The Queen", "Philomena"), es la biografía de Florence Foster Jenkins, una acaudalada mujer que desarrolló una carrera musical un tanto peculiar durante la primera mitad del siglo pasado en la ciudad de Nueva York. A poco menos de un año del estreno de "Marguerite" -la película francesa inspirada en la misma mujer- se estrena esta versión más cercana a la realidad, cuyo mayor atractivo está constituido por las actuaciones de sus protagonistas, Meryl Streep y Hugh Grant. Es curioso que tantos años después de su muerte, dos películas casi simultáneas se encarguen de poner este nombre de nuevo en el candelero.

Florence nació en 1868 en Pensilvania, recibió clases de música durante su niñez y se destacó como pianista cuando era una niña. Pertenecía a una familia acomodada que no consideró adecuada una carrera musical para su hija. Ante esa oposición se fugó a la ciudad de Filadelfia donde se ganó la vida como profesora de música y se casó con el Dr Jenkins –del que más tarde se divorciaría- cuyo apellido conservó. Tras la muerte de sus padres, al recibir su herencia, contó con los recursos necesarios para tomar clases de canto y contribuir con su mecenazgo al desarrollo de la vida musical de la ciudad de Nueva York donde pasó a vivir. Fue en esta ciudad donde conoció a  un actor inglés de poco éxito, St. Claire Bayfield (Hugh Grant) que fue su pareja y su manager por el resto de su vida. El problema era que el talento como cantante de Florence era nulo y la calidad de su voz, pésima.

El guión de Nicholas Martin se centra en la última etapa de la vida de la desastrosa cantante cuando ni la edad ni la enfermedad la hacían renunciar a los aplausos llegando incluso a dar un concierto en el célebre Carnegie Hall. Pone el foco de atención en la relación de la pareja protagónica, que desde luego tampoco es convencional. Muestra que el amor se puede expresar de diferentes maneras y destaca el papel del cariño y la protección. Pero también hace patente que el dinero juega un papel importante en la tolerancia que el público y diversas personalidades musicales tienen hacia la mecenas de muchos de ellos. No deja de percibirse la hipocresía y la condescendencia de los muchos beneficiados por su generosidad.

La soprano que interpreta Meryl Streep desborda pasión por la música y por la vida, acosada por la enfermedad pero manteniéndose firme y entusiasta a pesar de las secuelas de un tratamiento que producía daños neurológicos. Tal vez en este hecho se puede encontrar el motivo para un comportamiento tan fuera de lo común. Ese entusiasmo y una cierta ingenuidad hacen de éste un personaje querible.

Simon Helberg tiene un papel destacado interpretando a Cosme McMoon, un pianista que acompañó a la excéntrica cantante durante varios años.

"Florence Foster Jenkins" cuenta una historia poco común de una mujer inusual. Y si bien hay un trasfondo trágico, el realizador adopta la comedia para transmitir toda esa vehemencia por la música que presidió la vida de esa mujer que se dio en nombrar como "la peor cantante del mundo". El resultado es una película entretenida que nunca pierde el interés ni el ritmo apoyada sin duda en las actuaciones de sus protagonistas.


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