¿Acabaremos viendo al nuevo 007 por internet?
- por © Alvaro Juanas-NOTICINE.com
El retraso repetido del estreno del film "Sin tiempo para morir / No hay tiempo para morir / No Time to Die" en la gran pantalla por cuarta vez debido a la pandemia, hace que los rumores de su salida a través de plataformas digitales vayan en aumento. La saga del agente secreto más famoso de la historia del cine todavía no tiene -según sus productores- intención de ser vista en las plataformas de streaming antes que en salas de cine. Su principal objetivo sigue siendo reventar las taquillas como la franquicia acostumbra, siendo su película número veinticinco desde que Sean Connery le diera vida en "Agente 007 contra el Dr. No / El satánico Dr. No / Dr. No" en el año 1962, pero si la situación de la industria cinematográfica no se normaliza pronto cabe la posibilidad de verlo desde de casa como último recurso.
Las principales plataformas de streaming, como Apple, Netflix o Amazon Prime, ya han preguntado al estudio MGM (Metro-Goldwyn-Mayer), responsable de James Bond, por lo que costaría contar con la última película del personaje británico entre su extenso catálogo. El estudio se ha negado rotundamente a dejar escapar un título de esas características, o al menos es lo que ha manifestado de forma oficial. Sin embargo, en la última semana se ha especulado con la tasación que habría hecho MGM para vender la distribución de la misma: 600 millones de dólares por un año de exclusividad. Este precio está basado en su elevado presupuesto, alrededor de los 250 millones de dólares, por lo que pediría algo más del doble para obtener rentabilidad. No es algo tan descabellado si se tiene en cuenta los números de su último estreno, "Spectre / 007:Spectre", cuyo presupuesto era similar y consiguió una recaudación de casi 900 millones de dólares.
Pese a las cifras que mueve la saga, la más rentable de la historia de MGM, los servicios online han considerado esta cifra como algo descabellado que no están dispuestos a pagar. Su contraoferta consistió en adquirir los derechos de la película por un poco más de la mitad de lo que costaría la licencia de un año, algo que tanto el estudio como la productora Barbara Broccoli se han negado rotundamente. La productora es consciente de la rentabilidad que se le puede sacar a un largometraje de estas características, por lo que no está dispuesta a regalar su producto. Estos no son los únicos actores que hay que tener en cuenta para dicha operación, también hay que tener en cuenta a sus socios publicitarios y a Universal Pictures, quién tiene los derechos de distribución de la película en el extranjero, por lo que habría que compensar cualquier venta del film y sus consecuencias para el estudio.
La negociación parece que ha llegado a un punto muerto, por lo que sus fans pueden estar tranquilos de ver al icónico espía en una pantalla gigante. El portavoz de MGM afirmó que "no comentamos los rumores. La película no está a la venta. El estreno de la película se pospuso hasta abril de 2021 para preservar la experiencia teatral de los cinéfilos". Habrá que esperar para ver dónde se lleva a cabo el estreno finalmente, lo que sí que es seguro que un nuevo retraso en la fecha de su comercialización condicionaría al estudio a la hora de poner un precio a las empresas de suscripción por contenido. El tiempo será una herramienta clave a la hora de negociar favorablemente, algo que en este momento está jugando en su contra. El rodaje ya ha perdido más de 50 millones de dólares relativos a la promoción por el retraso en el estreno de la fecha inicial prevista.
Llegar a un acuerdo en el que ambos salieran ganando no es tarea fácil. La producción de James Bond, tiene acuerdos publicitarios con empresas como relojes Omega, Land Rover o Heineken, que no verían con buenos ojos que su inversión se viese sólamente dentro de un catálogo por suscripción. En el lado contrario, están las plataformas, que no quieren realizar un gran desembolso sin saber si esto les traerá consigo nuevos suscriptores a largo plazo, que es lo que de verdad les interesa a dichas compañías. Parece que por el momento nadie quiere mostrar a Daniel Craig, en la que será casi con seguridad su última interpretación de Bond, hasta no conocer con certeza su rentabilidad.
No es la primera vez que se materializan acuerdos de este tipo a gran escala. Se ha dado en estrenos de talla mundial como en el caso de "Greyhound: Enemigos bajo el mar /Greyhound: en la mira del enemigo", la última película de Tom Hanks, que Sony vendió a Apple TV, "El príncipe de Zamunda 2 / Un príncipe en Nueva York 2 / Coming 2 America", la esperada secuela de la película que encumbró a Eddie Murphy, que finalmente la que se hizo con los derechos de la Paramount fue la plataforma Amazon Prime, o "Without remorse", de la propia MGM, que se verá a través de Netflix. Esta tendencia se está consolidando, por lo que no se puede descartar que no pase lo mismo con "Sin tiempo para morir / No hay tiempo para morir / No Time to Die".
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Las principales plataformas de streaming, como Apple, Netflix o Amazon Prime, ya han preguntado al estudio MGM (Metro-Goldwyn-Mayer), responsable de James Bond, por lo que costaría contar con la última película del personaje británico entre su extenso catálogo. El estudio se ha negado rotundamente a dejar escapar un título de esas características, o al menos es lo que ha manifestado de forma oficial. Sin embargo, en la última semana se ha especulado con la tasación que habría hecho MGM para vender la distribución de la misma: 600 millones de dólares por un año de exclusividad. Este precio está basado en su elevado presupuesto, alrededor de los 250 millones de dólares, por lo que pediría algo más del doble para obtener rentabilidad. No es algo tan descabellado si se tiene en cuenta los números de su último estreno, "Spectre / 007:Spectre", cuyo presupuesto era similar y consiguió una recaudación de casi 900 millones de dólares.
Pese a las cifras que mueve la saga, la más rentable de la historia de MGM, los servicios online han considerado esta cifra como algo descabellado que no están dispuestos a pagar. Su contraoferta consistió en adquirir los derechos de la película por un poco más de la mitad de lo que costaría la licencia de un año, algo que tanto el estudio como la productora Barbara Broccoli se han negado rotundamente. La productora es consciente de la rentabilidad que se le puede sacar a un largometraje de estas características, por lo que no está dispuesta a regalar su producto. Estos no son los únicos actores que hay que tener en cuenta para dicha operación, también hay que tener en cuenta a sus socios publicitarios y a Universal Pictures, quién tiene los derechos de distribución de la película en el extranjero, por lo que habría que compensar cualquier venta del film y sus consecuencias para el estudio.
La negociación parece que ha llegado a un punto muerto, por lo que sus fans pueden estar tranquilos de ver al icónico espía en una pantalla gigante. El portavoz de MGM afirmó que "no comentamos los rumores. La película no está a la venta. El estreno de la película se pospuso hasta abril de 2021 para preservar la experiencia teatral de los cinéfilos". Habrá que esperar para ver dónde se lleva a cabo el estreno finalmente, lo que sí que es seguro que un nuevo retraso en la fecha de su comercialización condicionaría al estudio a la hora de poner un precio a las empresas de suscripción por contenido. El tiempo será una herramienta clave a la hora de negociar favorablemente, algo que en este momento está jugando en su contra. El rodaje ya ha perdido más de 50 millones de dólares relativos a la promoción por el retraso en el estreno de la fecha inicial prevista.
Llegar a un acuerdo en el que ambos salieran ganando no es tarea fácil. La producción de James Bond, tiene acuerdos publicitarios con empresas como relojes Omega, Land Rover o Heineken, que no verían con buenos ojos que su inversión se viese sólamente dentro de un catálogo por suscripción. En el lado contrario, están las plataformas, que no quieren realizar un gran desembolso sin saber si esto les traerá consigo nuevos suscriptores a largo plazo, que es lo que de verdad les interesa a dichas compañías. Parece que por el momento nadie quiere mostrar a Daniel Craig, en la que será casi con seguridad su última interpretación de Bond, hasta no conocer con certeza su rentabilidad.
No es la primera vez que se materializan acuerdos de este tipo a gran escala. Se ha dado en estrenos de talla mundial como en el caso de "Greyhound: Enemigos bajo el mar /Greyhound: en la mira del enemigo", la última película de Tom Hanks, que Sony vendió a Apple TV, "El príncipe de Zamunda 2 / Un príncipe en Nueva York 2 / Coming 2 America", la esperada secuela de la película que encumbró a Eddie Murphy, que finalmente la que se hizo con los derechos de la Paramount fue la plataforma Amazon Prime, o "Without remorse", de la propia MGM, que se verá a través de Netflix. Esta tendencia se está consolidando, por lo que no se puede descartar que no pase lo mismo con "Sin tiempo para morir / No hay tiempo para morir / No Time to Die".
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