Análisis de los Oscars 2020: Una gala larga, tediosa y muy coreana
- por © NOTICINE.com
Por Carolina G. Guerrero
La gala de los Oscar 2020 aunque contó en este año con un amago de presentadores (que no maestro/s de ceremonias) al comienzo de la misma, pero aun con esto, fue una de las ceremonias más aburridas que se recuerdan de un tiempo a esta parte. La intervención sorpresa de Chris Rock y Steve Martin, fue lo mas animado de toda la anodina velada, la pareja soltó algunos chistes y el monologo de turno. Aparte de esto, se hizo larga y tediosa.
Elegante y glamourosa aparecio Renée Zellweger a recoger su estatuilla por su magnifica versión de Judy Garland en la cinta del mismo nombre, "Judy", pero sin duda lo mejor y más esperado de toda la noche y que no dejo indiferente a nadie fue el ya cantado y merecidísimo Oscar al mejor actor a cargo del inconmensurable Joaquin Phoenix, por ese papel tan extremo y que ya es historia del cine, ese Joker social, ese antihéroe de multitudes, que borda de manera magistral, lo mismo que bordó su discurso de agradecimiento, después de haberse alzado con casi todos los premios previos a los Oscars, el Bafta y Globos de Oro.
Luciendo el mismo traje que en las anteriores ocasiones, Joaquin, hablo de todo un poco, pero sobre todo de los derechos de los animales, de la explotación a los que son sometidos, también se citó a si mismo: "He sido un sinvergüenza, he sido egoísta, cruel a veces y difícil de trabajar e incluso desagradecido, y aun así muchos de los que hoy estáis en esta sala me habéis dado una segunda oportunidad y creo que es cuando estamos en nuestro mejor momento, cuando nos apoyamos mutuamente, no cuando nos cancelamos unos a otros por errores pasados…".
Se marchó, no sin antes nombrar a su hermano, el también actor River Phoenix, que murió siendo casi un niño con 23 años, de quien dijo que "cuando tenia 17 años, escribió esta letra: 'Corre al rescate y la paz vendrá después'". El ganador de la estatuilla de interpretación, muy emocionado, dio media vuelta y salió del escenario acompañado de los aplausos de todo el auditorio.
Por su parte, Antonio Banderas, quien estaba nominado en la misma categoría, lució relajado junto a su prometida y a su hija Stella del Carmen, a sabiendas que el premio se lo llevaría "Guasón Phoenix".
Penélope Cruz enfundada en un espectacular Channel Grande Soirée, fue la encargada de entregar el premio a la mejor película Internacional, en un momento de "Dolor y no Gloria", pues esta vez el director manchego no tuvo suerte y la gran ganadora de la noche "Parásitos", fue la que se llevó toda la gloria de este año.
Pedro Almodóvar se fue de vacío esta vez, lo mismo que otros tantos nominados que no pudieron hacer frente al hito del momento, la cinta "Parasitos", que ya dio que hablar y se llevo el mayor premio en Cannes, donde por primera vez derrotó también a "Dolor y gloria". Hay veces en que no basta con hacerlo muy bien, hay que esperar que la mala suerte no te haga coincidir -el mismo año- con otro que lo hace mejor.
Por su parte Brad Pitt obtuvo el Oscar al mejor actor de reparto por su papel en la cinta de Tarantino "Erase una vez en Hollywood / Había una vez en Hollywood / Once Upon a Time in Hollywood", donde interpreta a Cliff Booth, apuesto y elegante con un smoking negro clásico, agradeció al director su papel y el trabajo en la cinta, y como no, dedico a sus hijos el merecido galardón.
Ni siquiera las actuaciones musicales dieron color a la entrega de los galardones de Hollywood de este año. Algo caldeó el ambiente la presencia sorpresa del cantante Eminem interpretando el tema "Lose Yourself", con algunos de los artistas sentados en el Teatro Dolby de Los Angeles, bailando y dándolo todo desde sus butacas.
Fue agradable y refrescante admirar al piano al mismísimo Elton John, interpretando la canción que le supuso ganar el Oscar esa misma noche, "I'm gonna love me again" de la película "Rocketman".
Faltó gracia, faltaron números musicales, y faltó humor. Fue una ceremonia seria y más bien gris.
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La gala de los Oscar 2020 aunque contó en este año con un amago de presentadores (que no maestro/s de ceremonias) al comienzo de la misma, pero aun con esto, fue una de las ceremonias más aburridas que se recuerdan de un tiempo a esta parte. La intervención sorpresa de Chris Rock y Steve Martin, fue lo mas animado de toda la anodina velada, la pareja soltó algunos chistes y el monologo de turno. Aparte de esto, se hizo larga y tediosa.
Elegante y glamourosa aparecio Renée Zellweger a recoger su estatuilla por su magnifica versión de Judy Garland en la cinta del mismo nombre, "Judy", pero sin duda lo mejor y más esperado de toda la noche y que no dejo indiferente a nadie fue el ya cantado y merecidísimo Oscar al mejor actor a cargo del inconmensurable Joaquin Phoenix, por ese papel tan extremo y que ya es historia del cine, ese Joker social, ese antihéroe de multitudes, que borda de manera magistral, lo mismo que bordó su discurso de agradecimiento, después de haberse alzado con casi todos los premios previos a los Oscars, el Bafta y Globos de Oro.
Luciendo el mismo traje que en las anteriores ocasiones, Joaquin, hablo de todo un poco, pero sobre todo de los derechos de los animales, de la explotación a los que son sometidos, también se citó a si mismo: "He sido un sinvergüenza, he sido egoísta, cruel a veces y difícil de trabajar e incluso desagradecido, y aun así muchos de los que hoy estáis en esta sala me habéis dado una segunda oportunidad y creo que es cuando estamos en nuestro mejor momento, cuando nos apoyamos mutuamente, no cuando nos cancelamos unos a otros por errores pasados…".
Se marchó, no sin antes nombrar a su hermano, el también actor River Phoenix, que murió siendo casi un niño con 23 años, de quien dijo que "cuando tenia 17 años, escribió esta letra: 'Corre al rescate y la paz vendrá después'". El ganador de la estatuilla de interpretación, muy emocionado, dio media vuelta y salió del escenario acompañado de los aplausos de todo el auditorio.
Por su parte, Antonio Banderas, quien estaba nominado en la misma categoría, lució relajado junto a su prometida y a su hija Stella del Carmen, a sabiendas que el premio se lo llevaría "Guasón Phoenix".
Penélope Cruz enfundada en un espectacular Channel Grande Soirée, fue la encargada de entregar el premio a la mejor película Internacional, en un momento de "Dolor y no Gloria", pues esta vez el director manchego no tuvo suerte y la gran ganadora de la noche "Parásitos", fue la que se llevó toda la gloria de este año.
Pedro Almodóvar se fue de vacío esta vez, lo mismo que otros tantos nominados que no pudieron hacer frente al hito del momento, la cinta "Parasitos", que ya dio que hablar y se llevo el mayor premio en Cannes, donde por primera vez derrotó también a "Dolor y gloria". Hay veces en que no basta con hacerlo muy bien, hay que esperar que la mala suerte no te haga coincidir -el mismo año- con otro que lo hace mejor.
Por su parte Brad Pitt obtuvo el Oscar al mejor actor de reparto por su papel en la cinta de Tarantino "Erase una vez en Hollywood / Había una vez en Hollywood / Once Upon a Time in Hollywood", donde interpreta a Cliff Booth, apuesto y elegante con un smoking negro clásico, agradeció al director su papel y el trabajo en la cinta, y como no, dedico a sus hijos el merecido galardón.
Ni siquiera las actuaciones musicales dieron color a la entrega de los galardones de Hollywood de este año. Algo caldeó el ambiente la presencia sorpresa del cantante Eminem interpretando el tema "Lose Yourself", con algunos de los artistas sentados en el Teatro Dolby de Los Angeles, bailando y dándolo todo desde sus butacas.
Fue agradable y refrescante admirar al piano al mismísimo Elton John, interpretando la canción que le supuso ganar el Oscar esa misma noche, "I'm gonna love me again" de la película "Rocketman".
Faltó gracia, faltaron números musicales, y faltó humor. Fue una ceremonia seria y más bien gris.
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