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Cada vez son más las mujeres que levantan la voz contra el sexismo, la brecha salarial u otros tratos vejatorios que han sufrido a lo largo de sus carreras en la industria del cine hollywoodiense. Los discursos en las entregas de premios se suceden y las ovaciones de los asistentes a las galas son unánimes.

La última en sincerarse ha sido la polifacética Barbra Streisand, durante una entrevista en el Festival de Cine de Tribeca ofrecida el pasado sábado. La actriz, cantante, productora y directora de cine, afirmó que el sexismo en la industria del cine evitó que ganara el Oscar como directora con “Yentl” (1983) y, posteriormente, con “El príncipe de las mareas / The Prince of Tides” (1991): “Había muchas personas de cierta edad que no querían ver a una mujer como directora. Tampoco sé cuántas mujeres querían ver a una mujer como directora”, comentó la actriz en la entrevista.

Los celos y la competitividad son los motivos que alega para que sus colegas femeninas rechazarán a una mujer para alzarse con la estatuilla. Es cierto que con “Yentl” logró un Globo de Oro a la mejor dirección, pero las críticas que recibió la película realizadas por mujeres castigaron la cinta mucho más que las de los hombres. La actriz neoyorkina recuerda con especial dolor la que publicó Janet Maslin en el New York Times: “Ninguna de estas críticas hablaron sobre lo que mis películas trataban de expresar, que no era otra cosa que una celebración de las mujeres y de todo lo que podían llegar a ser”, aseguró la actriz.

En “Yentl”, Streisand cuenta la historia de una chica judía con gran interés hacia el estudio, pero en su época, a principios del siglo XX en Europa Occidental, la universidad está vetada para las mujeres, por lo que decide vestirse como un hombre para poder estudiar. La cinta fue nominada a cinco Oscar. Con “El príncipe de las mareas”, un drama sobre un hombre emocionalmente dañado que se enamora de su psiquiatra, consiguió siete nominaciones. En ambos casos, el nombre de Streisand quedó fuera de los últimos seleccionados para optar al premio como mejor directora.

Ahora, Streisand asegura que está encantada con el hecho de que haber sido ignorada como directora haya conseguido, años más tarde, que se ponga atención sobre la discriminación que sufren las mujeres.

Un hecho peculiar durante el festival fueron los halagos del director mexicano, conocido por no escatimar en violencia y sangre en sus películas, en contraposición a los filmes sentimentales de Streisand. Rodríguez se confesó admirador de la directora, atribuyéndole a ella que él consiguiera el coraje necesario para dedicarse al cine: “Me inspiró a entrar en una industria en la que sentía que no tenía voz”, confesó Rodríguez, añadiendo que: “Streisand había roto un techo de cristal para otras mujeres cineastas como Kathryn Bigelow”. Sin embargo, Streisand lamentó que “no hay suficientes mujeres dirigiendo ahora. Me encanta cuando veo el nombre de una mujer en una película, y luego quiero ver es que la película sea buena”.

La actriz norteamericana dejó otra confesión durante el festival, en la que aseguró que en un principio de su carrera sólo pretendía dedicarse a actuar, pero los desacuerdos que mantuvo con Sydney Pollack en “Tal como éramos / Nuestros años felices / The Way We Were” (1973) la empujaron a dirigir y a hacerlo de una manera más personal: “Quería dirigir porque sentía que no podía ser escuchada”.