El hombre que traficaba con guiones
- por © Borja Garrido-NOTICINE.com
Podría ser un buen título para una película, pero es simplemente una historia real de nuestros tiempos digitales. Un joven nativo de las turísticas islas Bahamas, Alonzo Knowles, se declaró culpable ante la corte federal de EEUU, este mismo lunes, de robar e intentar vender guiones sustraídos de las computadoras de profesionales de la industria audiovisual, libretos de películas y programas de televisión inéditos.
Un crimen que, según los fiscales, podría haber dañado gravemente a los canales de televisión si hubiese conseguido venderlos por cientos de miles de dólares, que eran sin duda las pretensiones del hacker, de tan sólo 24 años de edad. De acuerdo con la información que los fiscales han proporcionado sobre el caso, Knowles traficó con información personal de al menos 130 famosos del mundo del espectáculo, el deporte y los medios de comunicación, además de haber afirmado que podría vender fotografías sexualmente explícitas y videos de esas celebridades; por ello, finalmente se le atribuyen cargos de violaciones a los derechos federales de autor y cargos por robo de identidad, con una pena que oscilaría entre los 27 y 33 meses de prisión y que se aplicará en en una audiencia programada para el 25 de agosto.
Knowles, según información difundida por The Associated Press, voló de las Bahamas a Nueva York para vender 15 guiones e información personal de varias celebridades por 80 000 dólares a un agente encubierto que se hizo pasar por un potencial comprador. De acuerdo con la fiscalía, le mostró materiales sexualmente explícitos de una celebridad al agente mientras le presentaba muestras de materiales que esperaba vender por cientos de miles de dólares. El gobierno dijo que la investigación comenzó después de que Knowles se puso en contacto con un locutor ofreciendo vender guiones a un popular programa de televisión. El presentador, inmediatamente se puso en contacto con el programa y el canal de televisión y ellos a su vez iniciaron conversaciones al respecto con las autoridades. Como parte del acuerdo de culpabilidad alcanzado entre el hacker y la fiscalía, el joven también accedió a entregar 25 guiones de televisión y cine inéditos. Ha permanecido tras las rejas desde que fue arrestado. Las celebridades y los programas de televisión afectados no fueron identificados.
Los fiscales han explicado que Knowles robó la información al infectar los ordenadores de las víctimas con un virus o al notificarles engañosamente a través de las redes sociales usadas por las celebridades de que sus computadoras fueron hackeadas, diciéndoles finalmente que necesitaban revelar su usuario y contraseña para evitar el daño. Sin embargo, ésta no es la primera vez que la industria cinematográfica se enfrenta a un ataque informático, con todo el riesgo que ello supone ya no sólo para la intimidad de las estrellas del espectáculo, sino también para las propias cadenas de televisión, productores y guionistas que de repente pueden perder todo el trabajo que han estado tanto tiempo cultivando, y su obra creativa queda reducida a ser una simple mercancía negociable con la que traficar de manera clandestina.
A finales de 2014, el hacker Ryan Collins consiguió infiltrarse en más de 50 cuentas de iCloud y 75 de Google utilizando métodos que no requerían de mucha experiencia técnica, como averiguar las contraseñas en base a información pública o utilizar métodos de ingeniería social en los que se hacía pasar por Apple y Google para convencer a las víctimas de que le dieran sus credenciales de acceso a las cuentas. En este caso, conocido mundialmente como "Celebgate", se vieron afectadas algunas de las actrices más populares del momento, como Jennifer Lawrence, Kirsten Dunst, Kaley Cuoco o Kate Upton, aunque hubo muchísimas más víctimas.
Otro caso que afectó a la industria cinematográfica fue el ciberataque a Sony Pictures, también perpetrado a finales de 2014, en este caso por hackers de Corea del Norte como motivo del lanzamiento de la película "Una loca entrevista / The Interview", una comedia sobre un plan de la CIA para matar al líder norcoreano Kim Jong Un que el propio gobierno de la dictadura comunista calificó como acto de guerra. Durante los días posteriores al ataque se filtraron innumerables datos y revelaciones inéditas de la industria de Hollywood. En cuanto a daños económicos, diversos analistas realizaron sus proyecciones respecto a cómo se pudo ver afectada la compañía por los daños sufridos, tanto por la caída de sus acciones en la bolsa como por el dinero perdido en relación a todos aquellos guionies y proyectos cinematográficos que se habían perdido, estimándose pérdidas de hasta 200 millones de euros, eso sin contar las demandas que la compañía pudo sufrir por parte de los actores por no haber protegido sus datos personales y sus proyectos correctamente.
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Un crimen que, según los fiscales, podría haber dañado gravemente a los canales de televisión si hubiese conseguido venderlos por cientos de miles de dólares, que eran sin duda las pretensiones del hacker, de tan sólo 24 años de edad. De acuerdo con la información que los fiscales han proporcionado sobre el caso, Knowles traficó con información personal de al menos 130 famosos del mundo del espectáculo, el deporte y los medios de comunicación, además de haber afirmado que podría vender fotografías sexualmente explícitas y videos de esas celebridades; por ello, finalmente se le atribuyen cargos de violaciones a los derechos federales de autor y cargos por robo de identidad, con una pena que oscilaría entre los 27 y 33 meses de prisión y que se aplicará en en una audiencia programada para el 25 de agosto.
Knowles, según información difundida por The Associated Press, voló de las Bahamas a Nueva York para vender 15 guiones e información personal de varias celebridades por 80 000 dólares a un agente encubierto que se hizo pasar por un potencial comprador. De acuerdo con la fiscalía, le mostró materiales sexualmente explícitos de una celebridad al agente mientras le presentaba muestras de materiales que esperaba vender por cientos de miles de dólares. El gobierno dijo que la investigación comenzó después de que Knowles se puso en contacto con un locutor ofreciendo vender guiones a un popular programa de televisión. El presentador, inmediatamente se puso en contacto con el programa y el canal de televisión y ellos a su vez iniciaron conversaciones al respecto con las autoridades. Como parte del acuerdo de culpabilidad alcanzado entre el hacker y la fiscalía, el joven también accedió a entregar 25 guiones de televisión y cine inéditos. Ha permanecido tras las rejas desde que fue arrestado. Las celebridades y los programas de televisión afectados no fueron identificados.
Los fiscales han explicado que Knowles robó la información al infectar los ordenadores de las víctimas con un virus o al notificarles engañosamente a través de las redes sociales usadas por las celebridades de que sus computadoras fueron hackeadas, diciéndoles finalmente que necesitaban revelar su usuario y contraseña para evitar el daño. Sin embargo, ésta no es la primera vez que la industria cinematográfica se enfrenta a un ataque informático, con todo el riesgo que ello supone ya no sólo para la intimidad de las estrellas del espectáculo, sino también para las propias cadenas de televisión, productores y guionistas que de repente pueden perder todo el trabajo que han estado tanto tiempo cultivando, y su obra creativa queda reducida a ser una simple mercancía negociable con la que traficar de manera clandestina.
A finales de 2014, el hacker Ryan Collins consiguió infiltrarse en más de 50 cuentas de iCloud y 75 de Google utilizando métodos que no requerían de mucha experiencia técnica, como averiguar las contraseñas en base a información pública o utilizar métodos de ingeniería social en los que se hacía pasar por Apple y Google para convencer a las víctimas de que le dieran sus credenciales de acceso a las cuentas. En este caso, conocido mundialmente como "Celebgate", se vieron afectadas algunas de las actrices más populares del momento, como Jennifer Lawrence, Kirsten Dunst, Kaley Cuoco o Kate Upton, aunque hubo muchísimas más víctimas.
Otro caso que afectó a la industria cinematográfica fue el ciberataque a Sony Pictures, también perpetrado a finales de 2014, en este caso por hackers de Corea del Norte como motivo del lanzamiento de la película "Una loca entrevista / The Interview", una comedia sobre un plan de la CIA para matar al líder norcoreano Kim Jong Un que el propio gobierno de la dictadura comunista calificó como acto de guerra. Durante los días posteriores al ataque se filtraron innumerables datos y revelaciones inéditas de la industria de Hollywood. En cuanto a daños económicos, diversos analistas realizaron sus proyecciones respecto a cómo se pudo ver afectada la compañía por los daños sufridos, tanto por la caída de sus acciones en la bolsa como por el dinero perdido en relación a todos aquellos guionies y proyectos cinematográficos que se habían perdido, estimándose pérdidas de hasta 200 millones de euros, eso sin contar las demandas que la compañía pudo sufrir por parte de los actores por no haber protegido sus datos personales y sus proyectos correctamente.
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