Decepcionan los hermanos Dardenne y Brillante Mendoza en Cannes
- por © Carolina G.Guerrero (Cannes)-NOTICINE.com
De nuevo una jornada con poderosos personajes femeninos creados por hombres en la competencia de Cannes. En esta ocasión, cineastas previamente reconocidos en el certamen de la Costa Azul, como son los hermanos belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne y el filipino Brillante Mendoza brindaron este miércoles con -respectivamente- "La fille inconnue" y "Ma' Rosa", dos bocetos de la realidad social en sus respectivos países, con cierto toque de intriga, pero parecida acogida... decepcionada.
Tras dos Palmas de Oro ya en su haber, los hermanos Dardenne regresan a Cannes con la historia de una médico entregada a su profesión, pero que sufre en su conciencia cuando una noche, ya cerrada su consulta, no abre la puerta y al día siguiente descubre que se ha encontrado cerca a una chica muerte y sin identificar. Entonces emprenderá por su cuenta una búsqueda del quién, cómo y por qué.
Como también lo hace Mendoza, los Dardenne recurren a la cámara en mano para hacer un análisis crítico de la sociedad que les rodea, en este caso en un Primer Mundo lleno de contradicciones y desigualdades. Su protagonista, Adèle Haenel, brilla en el papel de la joven doctora Jenny, cuya entrega y responsabilidad diarias se ponen a prueba por un error, una apreciación incorrecta o una suposición errónea: "Sí solo llama una vez es que nos erá tan urgente...".
Como ocurrió con su previa "Deux jours, une nuit", es una mujer (entonces interpretada por Marion Cotillard) la que asume la historia, y en ambos casos se trata de mujeres luchadoras, responsables, capaces de movilizarse y cambiar su realidad. Lástima que a la nueva película de los Dardenne les falte un poquito más de intensidad, de emoción, y no hayan podido tocar la fibra sensible de al menos buena parte de sus primeros espectadores en Cannes.
Tampoco lo ha hecho el algo más contenido que otras ocasiones Brillante Mendoza, cronista del tercermundismo filipino, que con "Ma' Rosa" presenta otro capítulo de galería de personajes marginados en medio de un ambiente oscuro, pobre, corrupto y deshumanizado. La Rosa del título es madre de familia y propietaria con su marido de un garito de alimentación en un barrio periférico de Manila, con el que se gana la vida... ayudada con un pequeño comercio paralelo de venta de drogas, que permite sobrevivir a toda la familia.
Una noche, Rosa y su marido son detenidos por un grupo de policías que tienen su propia manera ilegal de sobrevivir. Les proponen una "mordida" a cambio de dejarles en libertad, pero es mucho dinero y los hijos de la pareja tendrán que buscarse la vida para dar con el dinero exigido. Como es habitual en su estilo documental y "sucio", donde el enfocar no es una exigencia permanente, Mendoza sigue este trozo de realidad, sin requerir especial apego a esa panoplia de personajes miserables en todos los aspectos. Y aquí de nuevo, sólo que con aún mayor intensidad, el problema es simpatizar o siquiera sentir un poco de compasión por esta fauna humana que debería merecerla. Mendoza tampoco lo ha conseguido.
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Tras dos Palmas de Oro ya en su haber, los hermanos Dardenne regresan a Cannes con la historia de una médico entregada a su profesión, pero que sufre en su conciencia cuando una noche, ya cerrada su consulta, no abre la puerta y al día siguiente descubre que se ha encontrado cerca a una chica muerte y sin identificar. Entonces emprenderá por su cuenta una búsqueda del quién, cómo y por qué.
Como también lo hace Mendoza, los Dardenne recurren a la cámara en mano para hacer un análisis crítico de la sociedad que les rodea, en este caso en un Primer Mundo lleno de contradicciones y desigualdades. Su protagonista, Adèle Haenel, brilla en el papel de la joven doctora Jenny, cuya entrega y responsabilidad diarias se ponen a prueba por un error, una apreciación incorrecta o una suposición errónea: "Sí solo llama una vez es que nos erá tan urgente...".
Como ocurrió con su previa "Deux jours, une nuit", es una mujer (entonces interpretada por Marion Cotillard) la que asume la historia, y en ambos casos se trata de mujeres luchadoras, responsables, capaces de movilizarse y cambiar su realidad. Lástima que a la nueva película de los Dardenne les falte un poquito más de intensidad, de emoción, y no hayan podido tocar la fibra sensible de al menos buena parte de sus primeros espectadores en Cannes.
Tampoco lo ha hecho el algo más contenido que otras ocasiones Brillante Mendoza, cronista del tercermundismo filipino, que con "Ma' Rosa" presenta otro capítulo de galería de personajes marginados en medio de un ambiente oscuro, pobre, corrupto y deshumanizado. La Rosa del título es madre de familia y propietaria con su marido de un garito de alimentación en un barrio periférico de Manila, con el que se gana la vida... ayudada con un pequeño comercio paralelo de venta de drogas, que permite sobrevivir a toda la familia.
Una noche, Rosa y su marido son detenidos por un grupo de policías que tienen su propia manera ilegal de sobrevivir. Les proponen una "mordida" a cambio de dejarles en libertad, pero es mucho dinero y los hijos de la pareja tendrán que buscarse la vida para dar con el dinero exigido. Como es habitual en su estilo documental y "sucio", donde el enfocar no es una exigencia permanente, Mendoza sigue este trozo de realidad, sin requerir especial apego a esa panoplia de personajes miserables en todos los aspectos. Y aquí de nuevo, sólo que con aún mayor intensidad, el problema es simpatizar o siquiera sentir un poco de compasión por esta fauna humana que debería merecerla. Mendoza tampoco lo ha conseguido.
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