Crítica: "The bling ring", querían vivir como ricos y famosos
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Por Eduardo Larrocha
La historia que da origen a “The bling ring / Ladrones de la Fama / Adoro la fama” la leyó Sofia Coppola en “Vanity Fair”. El título de la película viene del nombre de la banda de jóvenes delincuentes que se hicieron con un inmenso botín de joyas, ropa, perfumes y todo tipo de fetiches propiedad de famosos de Hollywood. Todos ellos vivían en Los Angeles y tenían demasiado fácil y cerca el sueño de la banalidad. Guiados en sus movimientos por las informaciones de la Red, entraban en las mansiones de sus ídolos y allí pasaban momentos de éxtasis y furor cleptómano. Era una forma de encontrar su identidad, pero delinquían. El espectador llega a sentirse irritado con su actitud, pero aún así atrapa el penoso espectáculo de esos jóvenes ociosos, envidiosos, psicópatas que, en ausencia de un modelo ético, ni siquiera tienen como referente aquello de “quien roba a un ladrón…”.
Destaca en el reparto de “The bling ring” Emma Watson, actriz británica famosa por su papel de Hermione en “Harry Potter”. El resto de la banda lo componen recién llegados al séptimo arte. Israel Broussard es quien interpreta un personaje con un perfil más sólido. Junto a ellos Katie Chang, actriz de origen asiático y auténtico motor de los actos vandálicos, Taissa Farmiga y Claire Julien. Aparte de los actores, Paris Hilton hace un cameo y conocemos su casa, una de las que asaltan, al igual que las de Orlando Bloom y Lindsay Lohan.
Los diálogos banales -detestables porque sustentan esa estúpida manera de ambicionar el bien ajeno- están sacados de los interrogatorios policiales. Lo asegura la propia Sofia Coppola, autora del guión, algo habitual desde su opera prima,“Las vírgenes suicidas”, a la más prestigiada “Lost in Translation”.
Desde su película inaugural, la directora, guionista y ocasionalmente actriz- la recordamos jovencita en la tercera parte de “El Padrino” – parece muy interesada en su propio entorno, el mundo del cine, y en esos adolescentes mentales que buscan su identidad a través de la apropiación de objetos del ídolo. Ellas y ellos, en su odiosa intrascendencia, retratan algo real del mundo de Hollywood. Obsesionadas con la fama quieren emular a sus estrellas. El perfil es muy distinto al de los personajes de “La carnaza”, aquella película de Bertrand Tavernier que muestra una forma de delincuencia juvenil a base de no tener empatía con la víctima, porque confunden la realidad con su mundo virtual. Precisamente Tavernier es uno de los grandes especialistas del cine de Hollywood y siempre crítico con lo explícito y la falta de sutileza de muchas de las películas de la industria americana. “The bling ring” ha sido acusada de no entrar en el fondo de sus personajes que resultan sicológicamente planos. Apenas sabemos que una de las familias está inmersa en esa especie de secta terapéutica tan propia de una sociedad decadente.
Esta coproducción de Estados Unidos y varios países europeos fue recibida con aplausos y división de opiniones por la crítica en el último Festival de Cannes. En el certamen francés inauguró la sección “Una cierta mirada”. No parece apta para quienes no se interesaron por la deriva de “Las vírgenes suicidas”. Mas que a la propia película, la mejor acogida en Cannes la protagonizaron los mirones del “glamour” por la presencia en la alfombra roja de Sofia Coppola y los actores que asistieron a la “première” mundial. Ahora “The bling ring” llega a las salas comerciales españolas.