Crítica: "Monstruos University", estudiantes que asustan
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Por Andrea Villa
La precuela más esperada y soñada, "Monstruos University / Monsters University" (2013), llega a las salas para remontar al espectador a los comienzos de esta ciudad de seres monstruosos destinados a asustar, a los momentos universitarios en los que se conocen los dos personajes animados que protagonizan la saga. Y no defrauda a nadie.
No llegar tarde a clases, aprender a provocar pavor y graduarse como “asustador profesional” en la Facultad del Miedo, es el objetivo de los personajes en esta nueva aventura. Pero, más aún, es una vuelta hacia atrás, volver al pasado de Mike, a sus comienzos como estudiante universitario. Pasado en el que va a conocer a quien será su amigo más preciado, el gigante peludo y asustador nato, Sullivan. El espíritu de competencia de los personajes se pone a prueba cuando deciden trabajar junto a una banda de monstruos inadaptados e inexpertos, buscando replantear su expulsión del Programa de Sustos de la Universidad.
De eso trata "Monsters University", de conquistar a un público que aprendió a querer a estos dos monstruos simpáticos, pero en esta oportunidad a través de anécdotas que permiten conocer más en profundidad sus personalidades y talentos de la infancia y adolescencia.
Aventura y mucho color es la apuesta de los estudios de animación Disney-Pixar para encantar otra vez a su público luego de doce años del gran éxito logrado en su primera entrega "Monstruos S.A. / Monsters, Inc" (2001), película en la que conocimos a los empleados de la fábrica de miedo más famosa. Todos siguieron recordando a Mike Wazowski “Mickey” y a James P. Sullivan “Sulley” a principios de este año cuando se reestrenó en 3D la primera parte, para ahora sorprender con una película que cuenta cómo empezó todo.
"Monstruos University", en cuya versión inglesa trabajaron como dobladores Billy Crystal, John Goodman, Steve Buscemi y Helen Mirren, propone un viaje a una fantasía monstruosa porque se sabe que de ahí provienen los mejores asustadores de niños y, por qué no, los mejores comediantes.