Por Jon Apaolaza

Ante todo... mucha calma. Si han leído u oído algo sobre que se acabó Batman y esas cosas, es que no. "El caballero oscuro: La leyenda renace / El caballero de la noche asciende" ("The Dark Knight Rises", 2012) acaba esta trilogía, la que lleva el nombre de Christopher Nolan (y el de su hermano y coguionista Jonathan), pero como el propio título apunta, la puerta está abierta de par en par a nuevas secuelas,  "reboots" o como quieran llamarlo. Ni la Warner ni DC Comics dejarán morir a la gallina de los huevos de oro. Lo que si tal vez no tenga vuelta de hoja, sabiendo que los Nolan ya han dicho "bye" al superhéroe murciélago, es la desaparición del mejor Batman de la historia.

Y es que la impecable trilogía del caballero huérfano, la más adulta de la historia de los superhéroes fílmicos, que ahora se cierra con tonos épicos y mucho ruido (quizás demasiado, por el atronadoramente excesivo volumen de la música de Hans Zimmer en los momentos más intensos), va a ser muy dificilmente igualada.

Los Nolan se tomaron en serio al personaje, cosa que no hizo Tim Burton, demasiado iconoclasta, ni mucho menos Joel Schumacher, al que sólo le faltó ponerle un taparrabos de fantasía y subirlo a una carroza del Día del Orgullo Gay. A Batman, como a Spider-Man o cualquier otro de los personajes de nuestra infancia y adolescencia, hay que tratarlos con un mínimo de respeto y sin frivolidad, porque son como de la familia.

Esta carpeta de la franquicia, ahora cerrada, ha acentuado los aspectos trágicos de los personajes, y no sólo de los "buenos" sino también los de los villanos, que llegaron a su paroxismo con la composición del difunto "Joker" Heath Ledger. Ahora, el "malo" es Bane, un tipo menos ambivalente pero más fuerte, dispuesto a sembrar -por encargo- el caos en Gotham, esa ciudad corrupta en la que sin embargo quedan algunas personas de bien.

Para despedirse, Nolan ha recuperado a una Catubela / Catwoman, tan glamourosa como escurridiza, una villana a la altura de nuestro héroe, que le abre la puerta de la redención. Anne Hathaway, quien la incorpora, es sólo una parte del puzzle interpretativo de primer nivel que arropa a Christian Bale, en el que brilla con luz propia un Michael Caine que pide a gritos una nueva nominación al Oscar.

"El caballero oscuro: La leyenda renace / El caballero de la noche asciende" es la traca final  de esta trilogía que pasará por méritos propios y deméritos ajenos a la historia del cine, un colofón de casi tres horas que se van sin pensar y que contienen momentos antológicos de rara intensidad, en los que -con cierta complicidad del espectador- se perdonan los aspectos más increibles y se disfrutan las sorpresas finales.

Nolan, que se ha resistido a usar el 3D, algo raro en estos tiempos, deja volar sólo a su renovado superhéroe, con la suficiente ambiguedad como para repescar al antiguo, y se dispone a continuar una carrera que como ya hemos visto con "Origen", "Memento / Amnesia" e "Insomnio / Noches blancas", no precisa de superhéroes para seguir brillando. Y es sobre todo en el aspecto dramático en el que más vamos a echar de menos a los Nolan, porque directores capaces de filmar espectaculares escenas, hay un buen puñado, pero a la vez de escribir historias potentes, conmovedoras, creibles dentro de su base fantástica... no hay.

A nadie que haya disfrutado de las dos partes anteriores decepcionará "El caballero oscuro: La leyenda renace / El caballero de la noche asciende", llamada a ser el éxito del verano, seguramente por encima de "Spider-Man", aunque precisamente por su adultez tal vez no llegue a mejorar las cifras de "Los Vengadores". Y si alguien no ha visto "El caballero oscuro / El caballero de la noche" y "Batman begins / Batman inicia", mejor que lo hagan antes de ir a ver esta, que tiene demasiadas referencias y autocitas.

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