- La Academia de Hollywood ha hecho público un vídeo de su maestro de ceremonias en la 84 edición de los premios más famososo del cine mundial, Billy Crystal, quien regresa a la conducción del show ocho años después de su última aparición en 2004. Luciendo un smoking y rodeado por enormes réplicas de la estatuilla, el actor y animador avanzó que piensa repetir su esquema de presentación más popular, el de "incrustarse" dentro de la acción y los escenarios de las películas más importantes del año, aunque insinuó que irá más allá.

Crystal reconoció que todos esperaban mucho de esta su novena cita en el escenario de los Oscars, y que los productores de la gala, la Academia y él mismo encaran el desafío "como aficionados a las películas y a las salas de cine, y en el recuerdo de nuestras primeras experiencias en ellas". Unos días antes se dio a conocer el anuncio del canal ABC en el que se caricaturiza al productor encargado in extremis del evento, Brian Gazer, quien ordena que busquen al presentador en los confines del mundo.

- Ricky Gervais, en cambio, está feliz de haber cerrado su capítulo con los Globos de Oro. Envuelto en la polémica sobre todo por su actuación el año pasado, el cómico británico dijo este martes en su blog que esta había sido -"de lejos"- su presentación favorita de los premios de la prensa extranjera en Hollywood, esta tercera, pero que se acabó. De paso comenta que ha dado la orden a su representante que no se le ocurra negociar una cuarta vez... "Es como saltar en paracaídas. Sólo puedes disfrutarlo cuando llegas a la conclusión de que sigues vivo y de que fue algo bastante sorprendente como experiencia".

Elogia a la audiencia de profesionales del cine que tuvo delante en el Beverly Hilton Hotel, porque "creo que finalmente entendieron de mis "gags" solo parecen sucios y rudos pero en realidad no asustan en absoluto. O quizás es que simplemente estaban borrachos...", escribió Gervais. Hay que recordar que a diferencia de los Oscars, que son en un teatro, los Globos de Oro se conceden a lo largo de una cena, en la que el alcohol puede consumirse sin limitaciones. Concluye el humorista de "The Office" que "fue divertido, pero estoy orgulloso de decir que me voy a Nueva Yor a relajarme".

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