El viernes llega por fin a las salas estadounidenses "The rum diary", la cinta protagonizada y producida por Johnny Depp con la que homenajea a su amigo el periodista y escritor "gonzo" Hunter S. Thompson, al que ya interpretó en "Miedo y asco en Las Vegas" (1998). Ahora vuelve a hacerlo (aunque con otro nombre) en esta adaptación de sus aventuras como reportero deportivo en el Puerto Rico de los primeros 60.

En declaraciones a Reuters, Depp explica que el proyecto lo arrancó el propio Thompson, del que se hizo amigo a raiz de aquella cinta: "Fue su idea producir la película. Yo encontré el manuscrito del libro en su casa. Nos pusimos a leerlo, sentados con las piernas cruzadas en el suelo, y me dijo: 'Tenemos que convertir esto en una película y.. producirla juntos'. Yo le dije 'Claro', sin imaginarme que realmente la haríamos algún día".

A partir de ahí, y durante años, se desarrollaron reuniones con potencionales productoras e inversores, que el astro más taquillero del cine contemporáneo califica de "horrendas", ya que ninguno de los dos estaban acostumbrados a ese tipo de gestiones, y Thompson no era precisamente la persona más indicada para provocar adhesiones en el conservador mundo del cine industrial: "Los inversores quedaban alucinados cuando nos encontraban en la mesa de reunión con botellas de Chivas (una reputada marca de whisky escocés que era la favorita del escritor)".

Bebedor y amigo de todo tipo de psicotrópicos, Thompson impactó a Depp desde su primer encuentro tiempo antes, que fue -en sus palabras- absolutamente "iniciático": "Yo lo conocí un día cuando entró en la taberna de Woody Creek ondeando un gigantesco gancho eléctrico para ganado y una pistola taser ... Me invitó a su casa, y allí me quedé mirando con atención una escopeta niquelada que tenía colgada en la pared, calibre 12. Él me dijo encontes:'¿Te apetece disparar?', y sin darme tiempo a responder, gritó: '¡Vamos a construir una bomba'. Eran alrededor de las 2 y media de la madrugada y nos pusimos a construir una bomba con bombonas propano y nitroglicerina. La puso en el patio trasero y tuve que disparar. Explotó formando una bola de fuego de 80 pies... Creo que fue como mi iniciación con él. Si hubiera fallado el tiro a la bomba, podría haber sido una historia diferente. Pero acerté y el se puso muy contento (risas). A partir de ese momento siempre fuimos amigos".

En 2005, Hunter S. Thompson se suicidó de un tiro, y Johnny Depp tuvo que continuar la aventura de "The rum diary" en solitario. Para entonces el actor ya era un astro indiscutible y le resultó más sencillo encontrar socios para producirla. A Depp le gusta decir que aunque fuera en espíritu, Hunter estuvo con ellos en el rodaje: "Para mí él nos acompañaba y quería que todos sintieran también su presencia, de manera que pusimos una silla con su nombre, en la que estaba un guión de la película y al lado una botella de Chivas... con un vaso alto de cristal, hielo, sus cigarrillos, sus filtros y su cenicero".

No contento con eso, tanto el director, Bruce Robinson, como el propio actor se ponían unas gotas de Chivas tras las orejas: "Así que tuvimos a Hunter con nosotros en Puerto Rico dos semanas, y todo el mundo lo sintió así".

No ha sido esta la única cinta que Johnny filmó en el Caribe, está por supuesto su saga pirata, y el actor acabó comprándose una pequeña isla. "El Caribe es uno de los lugares más acogedores del mundo, y es muy irónico que yo acabara haciendo allí una película de piratas que ni la misma Disney confiaba que iba a funcionar, pero que fue un gran éxito y a mí me permitió hacer realidad el sueño de comprarme la isla".

La saga "Piratas del Caribe" es el suceso comercial multimillonario que hoy todos conocemos y que pronto tendrá una quinta entrega. "Fue una locura que me dio muchos frutos. Todo el mundo me decía que fuera en una dirección opuesta, pero yo elegí aquello... Creo que no hay que instigar a alguien como yo, bastante salvaje", explica el actor en la entrevista con Reuters.

Depp filmará el año próximo, con buena parte del equipo de "Piratas" y de nuevo con la Disney otro macroproyecto, "El Llanero Solitario", que él mismo ha defendido igualmente con uñas y dientes durante años: "A mi personaje lo conozco desde hace mucho tiempo, pero lo que me parece importante de hacer de Tonto (Toro para iberoamérica, el compañero de fatigas del Llanero), es que durante más de 60 años en Hollywood los indios han sido tratados como ciudadanos de segunda o tercera clase, y siento que Tonto tiene que tomar el toro por los cuernos, en cierto modo. Pero a su manera, de una manera especial, y no de una manera muy obvia.".

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