La nueva estancia de Lindsay Lohan entre rejas duró poco más de 15 horas. La abogada de la actriz logró que el tribunal le impusiera una fianza de 300 000 dólares y le permitiera recobrar la libertad cerca de la medianoche del viernes. A primera hora de ese mismo día había sido conducida a prisión por dar positivo en una prueba periódica de drogas días antes dentro de su libertad provisional.

Lohan regresó a su casa en la madrugada del sábado, hora de Los Angeles, obligada a portar un brazalete que monitoriza posibles consumos de alcohol. Tendrá que volver a comparecer ante el juez Elden Fox el próximo 22 de octubre para escuchar la pena a la que se le condenará por haber fallado en la citada prueba, sólo dos semanas después de salir de un tratamiento interno contra sus adicciones en el Ronald Reagan UCLA Medical Center, al que fue sometida tras otra estancia carcelaria de 14 días, relacionada con el incumplimiento de las condiciones de su libertad provisional.

Fox advirtió que la ex estrella infantil de Disney sería sentenciada a 30 días de cárcel por cada test de drogas que diera positivo o que no acudiera a realizar, aunque dado el hacinamiento de las cárceles en California como ya ocurrió anteriormente para fortuna de Lohan, no cumpliría la integridad de la pena.

Poco después de su más reciente encarcelamiento, Matthew Wilder, realizador y guionista de "Inferno", la "biopic" de la actriz porno Linda Lovelace que tiene Lindsay en cartera, dijo vía email que deseaba una pronta y positiva resolución del caso. La producción del film ya tuvo que retrasarse el pasado verano por la estancia en prisión de la protagonista, y no se sabe si mantendrán su contrato o buscarán otra intérprete.

De darse esta última circunstancia, la carrera interpretativa de la protagonista de "Chicas malas", quien sólo cuenta 24 años, se vería aún más seriamente dañada.

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