Tennessee Williams regresa a las salas norteamericanas, 40 años después, con "La pérdida de un diamante lágrima"
- por © Redacción-NOTICINE.com

Hacía más de cuatro décadas que las obras del celebre dramaturgo y escritor sureño norteamericano Tennessee Williams no inspiraban a los cineastas de su país, pero en esta nueva propuesta no se ha recurrido a la recreación de algunos de sus clásicos ("Un tranvía llamado deseo", "La gata sobre el tejado de zinc", "La noche de la iguana", "De repente el último verano"...), sino de un guión escrito directamente para el cine, que nunca llegó a filmarse. "La pérdida de un diamante lágrima", drama sentimental e interclasista presentado en Toronto el año pasado (2008), llega este viernes a los cines norteamericanos, aupado por la creciente popularidad de su protagonista Bryce Dallas Howard, ahora en la saga Crepúsculo.
El origen del proyecto nos remite a la segunda mitad de la década de los 50, cuando Williams escribió el guión de ""La pérdida..." con la intención de que Elia Kazan, con quien acababa de hacer "Baby Doll" (y años atrás "Un tranvía llamado deseo") asumiera su realización. Sin embargo, el polémico cineasta se embarcó en otro proyecto y el texto quedó olvidado en las páginas de una antología de textos del escritor dos veces candidato al Oscar. Justo la que bastantes años más tarde llegó a manos de una aspirante a actriz llamada Jodie Markell.
"Cuando estaba en la escuela de interpretación -ha dicho-, un profesor sabía que me interesaba mucho Tennessee Williams. Me mostró una recopilación de sus guiones, que incluía ‘La pérdida de un diamante lágrima’. La protagonista suscitó mi interés de inmediato y la identifiqué como un personaje femenino potente al estilo de Williams. Fue la conexión emocional de haber crecido en Memphis. Cuando tienes tendencias artísticas y ves el lado más sensible de las cosas, como hizo Williams toda su vida, siempre te sientes un poco fuera de lugar en la sociedad tradicional, así que me identifiqué con la necesidad de Fisher (el personaje de Bryce Dallas Howard) de ser comprendida".
Markell (conocida en Estados Unidos por su participación como actriz en la serie de HBO "Big Love") acabó debutando en la realización con esta historia sobre una joven heredera "debutante", inteligente y moderna para su tiempo, los locos años 20, que se encapricha de un muchacho de otra clase, con pésimos antecedentes familiares, que trabaja en un almacén de su padre. El melodrama estalla cuando desparece una preciada joya de la familia.
Los opresivos y decadentes ambientes del Sur de los Estados Unidos, sus plantaciones, estrictos ritos sociales, clasismo y falso moralismo, hipocresía para cubrir los pecados... todo lo que cualquier lector o espectador asocia con Williams y su talento crítico está en "La pérdida de un diamante lágrima", para bien y para mal, en lo segundo porque es inevitable pensar en el acartonamiento teatral de historias que son más propias de los años 50 que de nuestra época, y que lamentablemente Markell no ha sido capaz de dotar de un tono actual.
El reparto, que incluye a Bryce Dallas Howard, Chris Evans ("Antorcha" en "Los cuatro fantásticos") y las veteranas Ann-Margret y Ellen Burstyn, contribuye junto a una cuidada ambientación de época a valorizar un producto que posiblemente hubiera acababado en las estanterías del video-club si su protagonista no estuviera de moda tras interpretar "Terminator: Salvation" y más recientemente sustituir a la canadiense Rachelle Lefevre como la vampira Victoria en la saga de Stephenie Meyer "Crepúsculo", y más exactamente a su tercera parte, "Eclipse", que se estrenará en junio del año próximo.
El origen del proyecto nos remite a la segunda mitad de la década de los 50, cuando Williams escribió el guión de ""La pérdida..." con la intención de que Elia Kazan, con quien acababa de hacer "Baby Doll" (y años atrás "Un tranvía llamado deseo") asumiera su realización. Sin embargo, el polémico cineasta se embarcó en otro proyecto y el texto quedó olvidado en las páginas de una antología de textos del escritor dos veces candidato al Oscar. Justo la que bastantes años más tarde llegó a manos de una aspirante a actriz llamada Jodie Markell.
"Cuando estaba en la escuela de interpretación -ha dicho-, un profesor sabía que me interesaba mucho Tennessee Williams. Me mostró una recopilación de sus guiones, que incluía ‘La pérdida de un diamante lágrima’. La protagonista suscitó mi interés de inmediato y la identifiqué como un personaje femenino potente al estilo de Williams. Fue la conexión emocional de haber crecido en Memphis. Cuando tienes tendencias artísticas y ves el lado más sensible de las cosas, como hizo Williams toda su vida, siempre te sientes un poco fuera de lugar en la sociedad tradicional, así que me identifiqué con la necesidad de Fisher (el personaje de Bryce Dallas Howard) de ser comprendida".
Markell (conocida en Estados Unidos por su participación como actriz en la serie de HBO "Big Love") acabó debutando en la realización con esta historia sobre una joven heredera "debutante", inteligente y moderna para su tiempo, los locos años 20, que se encapricha de un muchacho de otra clase, con pésimos antecedentes familiares, que trabaja en un almacén de su padre. El melodrama estalla cuando desparece una preciada joya de la familia.
Los opresivos y decadentes ambientes del Sur de los Estados Unidos, sus plantaciones, estrictos ritos sociales, clasismo y falso moralismo, hipocresía para cubrir los pecados... todo lo que cualquier lector o espectador asocia con Williams y su talento crítico está en "La pérdida de un diamante lágrima", para bien y para mal, en lo segundo porque es inevitable pensar en el acartonamiento teatral de historias que son más propias de los años 50 que de nuestra época, y que lamentablemente Markell no ha sido capaz de dotar de un tono actual.
El reparto, que incluye a Bryce Dallas Howard, Chris Evans ("Antorcha" en "Los cuatro fantásticos") y las veteranas Ann-Margret y Ellen Burstyn, contribuye junto a una cuidada ambientación de época a valorizar un producto que posiblemente hubiera acababado en las estanterías del video-club si su protagonista no estuviera de moda tras interpretar "Terminator: Salvation" y más recientemente sustituir a la canadiense Rachelle Lefevre como la vampira Victoria en la saga de Stephenie Meyer "Crepúsculo", y más exactamente a su tercera parte, "Eclipse", que se estrenará en junio del año próximo.