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Colaboración: Pandora, luna lejana

por © NOTICINE.com
Parte del equipo 'humano' de 'Avatar'
Parte del equipo 'humano' de 'Avatar'


Por Alberto Duque López

Pocas veces una película había despertado tantas emociones, tantas preguntas, dudas  e inquietudes, tantas polémicas, tantos temores, tantas sensaciones como "Avatar" del productor, guionista, inventor, camarógrafo y director James Cameron quien llevaba quince años pensando y desarrollando este proyecto, y cinco realizándolo bajo un lema que seguramente repetirá su fórmula de "Titanic", 12 años atrás (1.800 millones de dólares recaudados hasta ahora en el mundo entero): "Si vas a sacar a la gente de su casa para que vaya a cine, será mejor que le muestres algo que nunca haya visto". A partir de este jueves sabremos si logró su propósito.

Neurasténico, tirano, perfeccionista, obsesionado con el mar y el 3D, casado en cinco ocasiones, autodidacta que tiene algunas de las películas más taquilleras, entretenidas y avanzadas tecnológicamente (al lado de sus colegas George Lucas, Peter Jackson, Robert Zemeckis y Steven Spielberg), como dos "Terminator", "Aliens, el regreso", "Abbys / Abismo", "Mentiras arriesgadas / Mentiras verdaderas", entre otras, con esta nueva película devuelve a Hollywood su sentido del entretenimiento,  extraviado en los últimos años gracias a las comedias de jóvenes procaces y la insistencia en repetir historias, personajes y fórmulas que tuvieron éxito varios años atrás pero ya no funciona, mientras la taquilla se inclina ante los super héroes y los dibujos animados infantiles. Por eso el magnate Rupert Murdoch, presidente de News Corporation,  dueños de los estudios Fox, está tranquilo.

Si alguien busca una definición para esta película, quizás podríamos intentarlo con alguna de estas palabras: "Sorpresa", "Magia", "Desubicación", "Temblor", "Impacto" o una simple y común, "Entretenimiento" más otra, "Entretenimiento total" y otra, "Entretenimiento total y devastador". Las críticas aparecidas en medios periodísticos de América y Europa (Noticine.com fue de los primeros en compartir su entusiasmo), anticipan lo que podría ser la reacción de los espectadores dentro de pocas horas.

Lo curioso es que todos quieren saber cómo nació "Avatar", dónde aprendió Cameron todo lo que sabe, cómo desarrolló su talento como inventor, cuáles fueron sus fuentes intelectuales, de dónde viene esa inquietud permanente por inventar, crear otras posibilidades narrativas y técnicas, arriesgarse y arriesgar el dinero ajeno (dicen que esta nueva película cuesta 500 millones de dólares, incluidos los gastos de lanzamiento, él recibe 1 millón por el guión y espera a que el estudio y los socios saquen los gastos para cobrar su trabajo: las dos cámaras inventadas y ensambladas por su equipo costaron 14 millones y serán utilizadas por otros realizadores), y convertirse en ese rey Midas que tanta falta le hace a la industria.

Ante tantas inquietudes y tantas preguntas, Cameron (55 años, canadiense) tiene explicaciones y razones simples. Se alimentó desde niño con las novelas de los maestros de la ciencia-ficción como Arthur C. Clarke, Isaac Asimov, Robert A. Heinlein, Theodore Sturgeon, y cuando descubrió esa maravilla, "2001" de Stanley Kubrick, a los 14 años, sintió que también quería contar historias, tomó la cámara  Super 8 del padre, armó maquetas de cartón y celofán y filmó su primera película.

Estudió Ingeniería, trabajó como camionero para pagarse sus estudios y dedicarse a lo que más le fascinaba desde joven, escribir, escribir historias sobre personajes y situaciones sacados de la ciencia-ficción, y aprender todo el mecanismo interior del cine, cómo funcionan las cámaras, cómo mejorar la imagen y el sonido, cómo despertar la curiosidad del espectador ante los efectos especiales que recargan todas sus películas, hasta la fundación de su propia empresa, Digital Domain, una de las más avanzadas del mundo, tanto que inventaron el personaje de "Terminator 2" que se licúa y atomiza, o el enorme trasatlántico que se hunde en el océano helado o las figuras transparentes que amenazan a los científicos en el fondo del abismo marino.

Como toda leyenda, la de Cameron afirma que su cortometraje "Xenogenesis" realizado con sus socios William Wisher y Randall Frakes, le abrió las puertas del mítico estudio de Roger Corman para quien trabajó como escultor y diseñador. Era el verdadero comienzo.

Zoe Saldaña, pixelizada y azulada, en 'Avatar'Antes de referirnos al argumento poético, ecológico y futurista de "Avatar", destaquemos el avance brillante que encierra la película que, con palabras profanas podría citarse así: los actores filman las escenas de acción en un enorme hangar, pintado de verde (croma, dicen los expertos), vestidos con trajes oscuros dotados de centenares de cables que captan sus movimientos y reacciones, y anillos en la cabeza con cámaras minúsculas que reproducen hasta el gesto más pequeño, desde los ojos y la boca, hasta el temblor de la piel, la respiración, el sudor, y las emociones físicas que surgen, como la dilatación de las pupilas.

Toda esa información es enviada a los equipos sofisticados en cuyas pantallas están los verdaderos personajes de la aventura, con sus enormes ojos y orejas y colas y dientes y bocas, y las reacciones sensibles de los actores sirven para alimentar los rostros y las figuras de los extraterrestres. Ese proceso se hace en vivo, es decir, cuando un actor abre y cierra un ojo, su personaje repite el gesto y el director tiene la oportunidad de repetir las tomas.

El espectador, por supuesto, no llega a distinguir qué es real, qué es ficticio.
Suena sencillo pero Cameron y su equipo se pasaron año y medio perfeccionando las cámaras, el sistema digital, la resolución de colores y sonidos hasta lograr la textura y sobre todo, la credibilidad y la realidad de las imágenes que no son efectos digitales corrientes, ni mezcla de formatos sino un nuevo universo de personajes, movimientos e historias asombrosos.

Parte del equipo 'humano' de 'Avatar'La trama de "Avatar" se desarrolla en un futuro cercano. El escenario es Pandora, una de las lunas del planeta Polythemus, con las mismas características naturales de la Tierra pero a cinco años de distancia, con enormes bosques intocados, gigantescos animales, y una raza, los Na´Vi, seres gigantescos que tienen la piel azulada, enormes ojos y orejas, y poseen bajo sus piés un mineral que produce la energía que cada vez es más escasa en la Tierra. Por eso los terrícolas deciden invadirlos. En Pandora existen los Avatar, híbridos que contienen elementos genéticos de los Na´Vi y los humanos, pueden respirar esa atmósfera enrarecida y trabajar en las minas.

El protagonista, Jake Sully (el actor Sam Worthington, el mismo de "Terminator 4"), es un ex marine parapléjico que acepta convertirse en un Avatar para recuperar el uso de sus piernas y organizar la invasión mientras se infiltra, pero se enamora de la princesa Neytiri (Zoé Saldaña) y  se integra con su nuevo pueblo, hasta cuando surgen los peores conflictos.

Aunque algunos menos entusiastas encuentran numerosas referencias y coincidencias temáticas en el cine y la literatura, Cameron sostiene que su historia es absolutamente nueva, original y que los espectadores encontrarán un universo diferente, jamás soñado ni imaginado, un mundo habitado por seres no digitalizados sino construidos a partir de las emociones y la piel de los actores, tangibles, reales, tamizados por la imaginación de uno de los realizadores que mejor conoce el cine y sabe cómo compartirlo con millones de espectadores. Ojalá.

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