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Colaboración: "Terminator Salvation", la cuarta metáfora del Mal

por © NOTICINE.com
Bale combate a las máquinas
Bale combate a las máquinas

Por Alberto Duque López

Nadie ha podido olvidar las primeras escenas de "Terminator", escrita y dirigida por James Cameron en 1984, cuando en la húmeda oscuridad de la noche, el conductor de un camión de basuras descubre en medio de una cascada de chispas, zumbidos electrónicos y otros sonidos amenazantes el cuerpo desnudo y musculoso de un extraño personaje que se incorpora, camina hacia los barrios cercanos y deja sembrados para siempre el miedo, la zozobra y la incertidumbre.

El salvaje es un cyborg que empuja  el estrafalario plan de la inteligencia artificial que rige los destinos del mundo en 2029, es decir, 45 años más adelante: para controlar el futuro hay que reacomodar el pasado. Es que en esa época los humanos sostienen una formidable revuelta contra las máquinas, liderados por un visionario, John Connor. Para descabezar esa rebelión o para evitarla, las máquinas envían este cyborg o Terminator al pasado,  a que impida el nacimiento de Connor. Sencillo, alucinante, atroz, auténtica ciencia-ficción. Además, Arnold Schwarzenegger está feliz.

Mientras el personaje destruye, mata y siembre el caos, una sencilla camarera, Sarah Connor, descubre que alguien está asesinando a las que llevan su nombre. Pide ayuda a la policía mientras el enemigo se acerca. Pero, la rebelión del futuro envía también su emisario, Kyle Reese, para que intercepte al Terminator, la rescate de los ataques y le explique que debe vivir para darle  vida al salvador del futuro.

Ni ella, ni la policía, ni nadie cree ese enredo de personajes del futuro peleando en el presente o en el pasado. Pero, la imaginación de Cameron y la complicidad del público acepta que Sarah y Kyle conciban al futuro redentor, John Connor. Esa era la primera película. Hizo 39 millones de dólares en la taquilla doméstica y el doble en el mundo entero. Las boletas, por supuesto eran más baratas y había menos salas.

La segunda fue realizada también por James Cameron en 1991, y además de los cuatro Oscares recibidos es recordada por el truco del malo que se licua  metálicamente y recompone enseguida. Otro Terminator es enviado al presente (¿o al pasado?) para que proteja al adolescente John Connor quien con su madre sobrevive en medio de las peores estrecheces, preparándose sin saberlo para el destino que le tienen marcado.

A destruirlos llega una máquina portentosa, la T-1000 con la propiedad camaleónica de tomar la figura, la voz y los gestos de los humanos para confundirlos. Protagoniza las escenas más escalofriantes, como cuando queda reducido a unas gotas metálicas o destruido en una acería donde el Terminator agoniza.

Las primeras escenas de ese "Terminator 2: el Día del Juicio" también son memorables, con ese parque donde juegan los niños cuyas voces se apagan a medida que nos trasladamos al futuro, 2029, cuando el mundo es un basurero lleno de ruinas y esqueletos humanos mientras la voz de Sarah Connor recuerda que el 29 de agosto de 1997 murieron millones de personas en la guerra nuclear llamada el Día del Juicio. Se muestran entonces escenas de la batalla de las guerrillas humanas contra las máquinas. La voz de Sarah Connor sigue hilvanando la historia. Hizo 203 millones en la taquilla doméstica.

La tercera "Terminator" tiene otro director, Jonathan Mostow, relativamente desconocido ("Breakdown", 1997 y "U-571", 2000), escogido luego que Cameron, Tony Scott, Ridley Scott y Michael Bay rechazaran la oferta de dirigirla con un presupuesto cercano a los 200 millones de dólares, incluidos  los 14 meses invertidos en reescribir el guión con seis especialistas.

Es la peor de las cuatro, aburrida, predecible, demasiado larga, con una historia inconexa y unos efectos especiales a veces sensacionales, pero ya vistos en las dos anteriores. Aunque el director afirma que la sensación de fatiga y aburrimiento de Schwarzenegger es buscada porque su modelo T 1000 está  desactualizado en comparación con el  enemigo TX  (interpretado por una mujer bella, sensual y fría, Kristanna Loken), más fuerte, más destructor, más inteligente, más indestructible, más veloz, más aplaudido, uno siente que el actor se levanta sin ganas todos los días para marcharse al rodaje y cobrar los US 30 millones.

John Connor es interpretado por Nick Stahl, inferior a sus antecesores Michael Biehn, en la primera y Edward Furlong, en la segunda parte. Recogió 150 millones en la taquilla de Estados Unidos y Canadá.

Ahora, llega la cuarta película de "Terminator", sin sorpresas, predecible, rutinaria pero con unos efectos digitales sensacionales que merecen ser gozados aún por quienes no son adictos a la saga. Además, John Connor es interpretado por uno de los mejores actores actuales, Christian Bale, callado y solitario, sorprendido y rudo, maniático del orden y la disciplina. El director, McG, escondido detrás de un seudónimo y para sorpresa y desánimo de muchos, la taquilla doméstica en su primer fin de semana no superó la mágica cifra de los 100 millones, quedando tercera detrás del animado "Up" y la mediocre "Una noche en el museo 2".

Dicen que un equipo de guionistas encabezado en la sombra por el mítico Paul Haggis acompañado entre otros por Jonathan Nolan, trabajó durante largas semanas hasta darle la consistencia de película de acción que se buscaba, en una superproducción de 200 millones de dólares con actores como Bale, un hasta ahora desconocido Sam Worthington, la hermosa Bryce Dallas Howard (hija del director Ron Howard) y una delirante Helena Bonhan-Carter, con la cabeza rapada que propicia la muerte física de un personaje sensacional, Marcus Wright (Worthington) y lo resucita y reenvía en un viaje en el tiempo para que acompañe al protagonista cuyo padre, gracias a la ciencia-ficción aparece a su lado como un adolescente acosado.

Vemos (con una textura que recuerda "Mad Max" y "Blade Runner") cómo el día del Juico Final ha dejado en ruinas a la civilización moderna. Una armada de Terminators deambula por el paisaje post-apocalíptico, matando o recolectando a los humanos que se esconden en los desiertos y los recovecos de las desoladas ciudades. Sin embargo, sigue activa la Resistencia, oculta en búnkeres subterráneos y tomando por asalto de cuando en cuando a la vastísima y abrumadora fuerza enemiga.

Los Terminators son controlados por la red de inteligencia artificial Skynet, que se tornó auto consciente catorce años antes y que, en un abrir y cerrar de ojos, se puso en contra de sus creadores, desencadenando y esparciendo una terrible devastación nuclear a lo largo de un mundo que sencillamente no se lo esperaba. En medio del caos, surge  Marcus Wright, un extraño proveniente del pasado cuyo último recuerdo es haber sido condenado a muerte antes de despertar en este nuevo y extraño mundo.

El director resume las intenciones de su película: "Nuestra labor ha consistido en contar la historia del mundo justo después del Juicio Final, la historia del futuro de John Connor, de Kyle Reese, su padre que aparece menor que él, el fortalecimiento de Skynet, y las fuentes últimas de nuestro humanismo. Es el momento en el que la humanidad decide rebelarse contra las máquinas".

"Terminator, La Salvación" ocurre en el año 2018, catorce años después del ataque nuclear que cerró la trilogía previa, con  un salto hacia la adolescencia de Kyle Reeves, una época en que aún los personajes desconocen su futuro, sobre todo el viaje a través del tiempo que constituye el motor de la historia.

Nos encontramos inmersos en la guerra que había sido vaticinada, vemos a Connor erigirse en líder de la Resistencia, Skynet  domina el panorama, pero aún está en fase evolutiva. La especie humana comienza a apagarse. Los humanos se encuentran contra la pared en estas circunstancias desesperadas. Éste es el último esfuerzo que se realizará en pro de la salvación  de la humanidad. La comida escasea, al igual que la energía.

Todo se ha agotado. Y todos se sienten perseguidos pero en medio del caos absoluto y la violencia extrema con esas máquinas que vuelan, disparan y destruyen de manera inteligente (son las mejores escenas), queda una esperanza, representada por John Connor.  Algunos dicen que no, que en la próxima película el protagonista verdadero será Marcus Wright, salvado de la muerte, dotado de poderes alucinantes y convencido de la necesidad de derrotar, como sea, a las máquinas infernales. Dentro de tres años volveremos sobre el tema, si acaso...

(Continuará, posiblemente)