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Perfil: "Pe", constancia, talento y encanto

por © Redacción-NOTICINE.com
Penélope Cruz
Penélope Cruz
"Un día salí llorando de un cine tras haberla visto a Victoria Abril en "¡Atame!" y decidí que era eso lo que yo quería ser, actriz". Así se expresaba hace ocho años la niña bonita del cine español para la exportación, estrella latina en el firmamento de Hollywood, cuando acababa de hacer con aquella inspiradora colega "Sin noticias de Dios", de Agustín Díaz Yanes. Ahora ya tiene en su poder el hasta ahora único Oscar logrado por una actriz española en la Historia.

La sonrisa más seductora del cine nacional ha tenido que enfrentarse a serias decisiones en su vida. Primero, con la ayuda inconsciente de Victoria Abril, tuvo que elegir entre seguir en el ballet, ser modelo o actriz, y últimamente si centrarse en su carrera norteamericana o darnos unas migajas de su talento hablando en español, aunque sea casi en exclusiva con Almodóvar.

Hija de un comerciante y una peluquera, y con dos hermanos, chico y chica (ésta también actriz, Mónica), "Pe" tuvo una múltiple vocación artística desde pequeña, y a los 15 años ya estaba "fichada" por una agencia de modelos. Saltó a principios de los 90 de la tele ("La quinta marcha") al cine, pero su película trampolín fue "Jamón, jamón", a la que siguió "Belle epoque".

En poco más de década y media ha hecho una media superior a las dos películas anuales, con directores tan prestigiosos como Almodóvar (su "pasaporte" a Hollywood), Bigas Luna, Gómez Pereira, Amenábar o Trueba. Desde el 98 no ha dejado de trabajar en producciones norteamericanas, la mayoría sin suerte en la taquilla, en honor a la verdad.

También lo ha hecho en francesas, británicas o italianas, además de convertirse en reclamo publicitario para firmas de cosmética o de moda. No deja de resultar curioso el hecho de que a pesar de su precoz carrera norteamericana, los mayores elogios y galardones recibidos por la estrella madrileña han venido de la mano de Almodóvar e Isabel Coixet, compatriotas suyos, y ahora con Woody Allen, pero en personaje "muy español".

Esa Maria Elena, que mezcla inglés y español, grita, llora, rie y hace el amor en trío fue previamente reconocido por la Asociación de la Prensa Extranjera, en los Independent Spirit, los galardones de la Academia británica y en varios galardones de asociaciones de críticos.

"El Oscar de Penélope es el triunfo del talento, la ambición, la tenacidad, y unas dotes extraordinarias para la comedia. Y del valor de una actriz que se lanza de cabeza y sin paracaidas, con papeles muy arriesgados,  a veces sin contar con apoyaturas dramáticas suficientes, como es el caso de la película de Allen, que ella suple con gracia, corazón y carisma. He llorado de alegría cuando he escuchado su nombre después del clásico "and the Oscar goes to", ha dicho el cineasta manchego que acaba de dirigirla en "Los abrazos rotos".

Sentimentalmente, debemos concluir que a Penélope le gusta mezclar trabajo y placer. Su gran amor español fue Nacho Cano, al que conoció filmando un "clip" de Mecano, y desde que puso pie en Hollywood se la ha relacionado con casi todos sus co-protagonistas: Matt Damon, Nicolas Cage, Matthew McConaughey, y hasta... con Tom Cruise. Ahora está -parece que sigue- con Javier Bardem, quien la acompañó en "Vicky Cristina Barcelona".

Budista pero admiradora de la madre Teresa, a cuya orden ha hecho muy generosas donaciones, hoy cobra 4 millones de euros por película, y 10 anuales en concepto de imagen publicitaria, posee propiedades inmobiliarias y empresas a ambos lados del Atlántico, pero a la vez practica gestiones benéficas y solidarias.

Tras ganar el Oscar, ha confesado que se puso a llorar y a hablar con sus personas queridas, sola, en un pasillo del Teatro Kodak durante 15 minutos, y así pudo descargar la tensión acumulada tantos días.