Ruben Östlund escribe sobre "The Square"

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Ruben Östlund
Por Ruben Östlund *

Tomamos el título de la película "The Square" del nombre de nuestro proyecto artístico, que exhibimos por primera vez en otoño de 2014 en el Museo Vandalorum en el sur de Suecia. La exposición ejemplificaba el ideal de consenso que debe gobernar en la sociedad como un todo por el máximo bienestar, que se convirtió en una instalación permanente en la plaza central de la ciudad de Värnamo. Cualquiera que estuviese dentro del "The Square" ("El Cuadrado") de luz led instalado en la plaza, se encontraba obligado a actuar y reaccionar si alguien necesitaba ayuda.

Lo nuevo aquí es la manera que elegimos para evocar valores. "The Square" es un lugar de valores humanitarios basado en la ética y reciprocidad que apareció en los inicios de las religiones (la Regla de oro: "Trata a los demás como te gustaría ser tratado a ti mismo") así como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos ("Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.).

Si dejara mi bici sin candado en algún lugar y me la robasen, la mayoría de la gente pensaría que me debo de culpar a mí mismo.

La exhibición de Värnamo experimentó con la idea de que la armonía social depende de una simple elección que todos y cada uno de nosotros debemos hacer cada día: "confío en la gente" o "desconfío en la gente".

Los visitantes del museo tenían que elegir entre dos puertas: puerta izquierda, confían en la gente; puerta derecha, no lo hacen. La mayoría de los  asistentes eligió la opción "confiar en la gente", aunque se mostraron reticentes cuando se les pidió que dejaran sus móviles y carteras en el suelo durante la exhibición… esta contradicción ilustra la dificultad de actuar conforme a los principios personales.
 
En línea con nuestros valores

En la película "The Square" encaramos la debilidad de la naturaleza humana: cuando uno intenta hacer lo correcto, lo difícil no es estar de acuerdo con los valores comunes, sino actuar respecto a ellos. Por ejemplo, ¿cómo debería tratar a los mendigos si quiero promover una sociedad justa e igualitaria donde la brecha entre ricos y pobres ha desaparecido? ¿Debería mantener el estilo de vida privilegiado que me permita darles algo cada día y mejorar su situación mínimamente? ¿O por el contrario debería cambiar radicalmente mi estilo de vida por uno que restaurase el equilibrio entre nosotros? El incremento de la pobreza y de las personas sin techo en las ciudades del primer mundo nos presenta este dilema cada día.

En mi primera película, "Involuntary", reflejé cómo el comportamiento de grupo nos puede  hacer cruzar la línea en referencia al experimento de Stanley Milgram.

Estos test son bien conocidos por ejemplificar la visión de Hannah Arendt de la banalidad de la maldad y la obediencia humana a la autoridad.

Ahora, con "The Square", me dispongo a citar el experimento del "Buen Samaritano", realizado en Princeton en 1973. Cuarenta estudiantes de teología formaron parte en lo que lo que pensaban que iba a ser un estudio de la educación religiosa y las vocaciones. Después de que completaran un cuestionario, les dieron las instrucciones para que fueran a otro edificio y que además lo hicieran con prisa, aunque en diferentes grados. En el camino, un actor participante como miembro del grupo cae, representando la necesidad de ser auxiliado. Obviamente, los estudiantes de teología conocían el mensaje de la parábola del "Buen Samaritano": debes ayudar a la persona que lo necesita. ¿Ayudaron los cuarenta estudiantes? La mayoría no lo hizo; además los resultados mostraron que cuando el grado de prisa al que se les instaba era mayor, un comportamiento menor de ayuda era desplegado.

(*): El cineasta sueco Ruben Östlund, revelado internacionalmente por "Force Majeure" (2014), ganó la Palma de Oro en Cannes este año con "The Square", que ahora estrena en España.

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