30-IV-02

Creímos descubrirla como perversa niña sedienta de sangre en "Entrevista con el vampiro", pero Kirsten Dunst no era precisamente una recién llegada. Había empezado su carrera como modelo infantil en multitud de anuncios, y antes de compartir festín de hemoglobina con Brad Pitt ya había hecho seis películas. Sin embargo, no puede dudarse que en la adaptación de la novela de Fanny Brice la niña se lució, y antes de que pudieramos enterarnos las hormonas hicieron su trabajo y pegó el estirón. Hoy martes, ocho años después de la "Entrevista...", Kirsten cumple 20 primaveras como 20 soles y es una de las estrellas jóvenes con más futuro en Hollywood.

Una de sus virtudes ha sido encontrar, en medio del marasmo de las comedietas sentimentales para adolescentes, algunos más que destacados papeles capaces de hacernos olvidar tonterías como la que ahora llega a las salas españolas, "Así es el amor". En el drama de la hija de Coppola "Las virgenes suicidas" impresionó por sus capacidades para interpretar un drama realista.

Hemos de aceptar, sin embargo, que Kirsten para nuestra desgracia no ha explorado demasiado su lado oscuro, apuntado cuando chupaba cuellos pese a su candor infantil. Ha hecho mucho dinero -ya tiene su propia productora- con títulos tan olvidables como "Mujercitas" o "A por todas", convirtiéndose en recurrente animadora de equipos estudiantiles, pero esperamos algo más de ambiguedad y menos almibar. No parece que nos vaya a complacer con su inminente estreno en EEUU, "Spiderman". Pero sabemos que bajo su apariencia de niña buena, esta hija de un ejecutivo de la industria farmaceútica y de una galerista provoca más de un sueño húmedo no exento del morbo del riesgo. Déjate ya de monerías, Kirsten, y demuéstranos que siendo mala puedes resultar mucho mejor, como decía Mae West.