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Angelina Jolie: no tan mala como se pinta

por © NOTICINE.com
Tomb raider
Tomb raider
Rubia en Life or Something Like ItTomb raider26-IV-02

Por Angel L. Esteban

Angelina “Morritos” Jolie se ha convertido a golpe de escote y de rostro felinamente agresivo en una de las estrellas de moda del cine norteamericano, una baza segura para la taquilla que atrae tanto a los chicos como a las chicas, y curiosamente empleando las mismas armas: un tremendo poder de seducción basado en la ambigüedad y en la rebeldía.

Nacida en Los Angeles en 1974, es hija del actor Jon Voight y de la ex modelo y actriz Marcheline Bertrand, que ahora ejerce como su representante. Tiene además un hermano, Jaime, que le acompaña habitualmente y con el que se muestra sobreprotectora hasta el extremo de tener que desmentir ante los medios una supuesta relación incestuosa. Angelina ha estado acompañada casi siempre por el escándalo o por cierta polémica, un sentimiento que ella misma ha animado a promover con su comportamiento descarado aparentemente alejado de los cánones habituales de Hollywood.

Esto le ha acarreado llevar permanentemente colgado el letrero de “chica mala” por excelencia, una etiqueta que le ha acompañado en los papeles que ha interpretado, ejemplos de cierto feminismo agresivo que no ha dudado en tomarla como referencia. Sus nueve tatuajes, su afición por el ocultismo, su declarada bisexualidad, su gusto por los cuchillos y por los coches de carreras son algunos de los ingredientes que componen el personaje público de Angelina Jolie.

Pero nadie duda que bajo esa apariencia dura se esconde una personalidad compleja, una mente inteligente y gran talento interpretativo, no siempre bien aprovechado en los vehículos promocionales en los que ha participado una vez convertida en estrella.

Sus primeras participaciones en televisión, tras haberse iniciado a los doce años en el Instituto de Teatro Lee Strasberg, son las que han contribuido a crear su leyenda. Sendos Globos de Oro han ido a parar a sus manos por “George Wallace” y, especialmente, por “Gia”, sobre la vida de la famosa top-model drogadicta, para el que parecía predestinada por su experiencia como modelo profesional y actriz en numerosos vídeos musicales de grupos punteros, incluidos los Rolling Stones.

Ya en pantalla destacó en “Jugando con la muerte” junto a David Duchovny y en “Hackers (Piratas informáticos)”, donde conoció al británico Jonny Lee Miller, con el que se casó sobre la marcha aunque su matrimonio no duró más de un año. Su papel con pelo azul en “Jugando con el destino” al lado de Sean Connery y Ryan Philippe ayudó a catapultarla hasta su película estelar, “Inocencia interrumpida”, donde su personaje de chica desequilibrada, rebelde y algo peligrosa le sirvió en bandeja el Oscar como mejor actriz de reparto.

A partir de entonces todo parece haberle ido de perlas, sobre todo desde que conociera en “Fuera de control” a Billy Bob Thornton, su actual marido, con el que forma una de las parejas de famosos más perseguidas actualmente en los Estados Unidos. “El coleccionista de huesos” le confirmó como protagonista taquillera, requisito imprescindible para convertirse en Lara Croft, la superheroína de los videojuegos “Tomb Raider”.

Aunque se haya convertido así en un rostro hiperconocido no se puede afirmar que sus últimos trabajos hayan brillado especialmente por su calidad, basta recordar “60 segundos” con sus cochazos y ese rostro impenetrable en que se ha convertido Nicolas Cage, o “Pecado original” al lado, debajo, encima y en medio de Antonio Banderas. Su último estreno en Estados Unidos que este viernes ha llegado a las pantallas, “Life or Something Like It”, es drama hecho a su medida, donde encarna a una dura y materialista reportera estrella de TV, que se enfrenta a un mal terminal que le da pocos días más de vida. Aunque seguramente se confirme como estrella en la taquilla, Angelina Jolie es sin duda una actriz preparada para tareas más arriesgadas.