Con el corazón latino en un puño

por © Redacción-NOTICINE.com
I?arritu y Goya Toledo
I?arritu y Goya Toledo
Benicio del ToroI?arritu y Goya Toledo24-III-01¿Será un "chop-suey" o "una de romanos"? Las peculiaridades de un año sin grandes películas dejan abiertas casi todas las posibilidades a pocas horas de la espectacular gala de los Oscars. Para nosotros, por segundo año consecutivo, la fiesta anual del cine norteamericano -que dada su situación de preponderancia en el mercado es como decir el campeonato cinematográfico mundial- tiene un interés especial. Si hace un año fue Almodóvar, ahora todas las miradas y las esperanzas están en Javier Bardem, Benicio del Toro y "Amores perros". No parte el primero como favorito, simplemente porque además de no ser ni norteamericano ni conocido allí, esto es al fin y al cabo una votación democrática, y pocos miembros de la Academia vieron "Antes que anochezca". Sin embargo, el consuelo es doble. Primero porque en casi todos los sondeos extraoficiales previos está situado en tercer lugar, es decir detrás de Tom Hanks y Russell Crowe, pero por delante de dos hombres mucho más populares, el australiano Geoffrey Rush y el norteamericano Ed Harris, lo cual dice mucho de su interpretación de Reinaldo Arenas. Y en segundo término, porque Javier ya ha conseguido lo más importante: rentabilizar esa candidatura y ver su nombre en las agendas de agentes y productores.

Benicio, en cambio, tras ganar el Globo de Oro y el premio de sus compa?eros actores (SAG) es el máximo favorito para la estatuilla de actor de reparto, por "Traffic". De "Amores perros" podíamos repetir casi al milimetro lo dicho sobre Bardem. Está bien situada, pero tiene en este caso un gran peso pesado enfrente, "Tigre y dragón". La candidatura, de nuevo, ya ha sido un premio y se ha aprovechado al cien por cien. A Bardem, que estará añompa?ado por su novia, Cristina Pales, y por su madre; a Benicio del Toro, y a González I?árritu, que dispone de sus actores Goya Toledo y Gael García Bernal, les irán a recoger con varias horas de anticipación. La llegada de los candidatos está orquesta con planificación militar. La Academia dispone de una flota de 1.200 limusinas que tienen adjudicada una hora precisa de llegada a la manzana del Shrine Auditorum. Como el resto de los invitados serán "paseados" por las calles céntricas de Los Angeles hasta que les toque el turno. Entre las cuatro y las cinco de la tarde (hora californiana) llegarán a las proximidades del edificio, para pisar la alfombra roja ante la mirada de los fans que habrán pasado horas o días de espera, y sobre todo frente a cámaras y periodistas. Media hora antes del inicio de la gala, tendrán que estar sentados en las butacas previamente adjudicadas. Ni en la derecha ni en la izquierda, justo en esa, para no confuncir al realizador de la transmisión.

A partir de ahí, será momento de controlar los nervios y tragar saliva, hasta pegar un bote al escuchar su nombre o relajarse definitivamente si es otro el elegido. Y, tras la ceremonia, tendrán que elegir entre aceptar alguna de las invitaciones a fiestas privadas organizadas por los estudios, productores y empresas, o acudir al llamado "Baile de los gobernadores", con cerca de 2000 invitados, pero habitualmente pocos famosos, ya que estos prefieren más íntimas celebraciones, o la simple soledad por haber visto la dorada estatuilla en manos de un competidor. Pero, para Javier Bardem, Benicio del Toro y Alejandro González Iñárritu, nunca será este el caso. Si no salen con un Oscar, tampoco tiene de qué arrepentirse ni de qué lamentarse. Ya han hecho historia y han subido de un golpe muchos escalones en sus carreras. Mucha más información, en nuestro canal HOLLYWOOD.