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Blake Edwards: Los 80 años de un creador irregular, pero irrepetible

por © Ana Mª López-NOTICINE.com
Sus mujeres: Julie Andrews y la Pantera Rosa
Sus mujeres: Julie Andrews y la Pantera Rosa
Carteles de algunas de sus mejores cintasSus mujeres: Julie Andrews y la Pantera Rosa26-VII-02

No es Blake Edwards un hombre corriente. Oír su nombre trae recuerdos a muchas personas de todo el mundo... y es que ochenta años de cine dan para mucho. Se ha dicho de él que es un cineasta irregular, capaz de sofisticaciones como “Desayuno con diamantes”, de realizar un inigualado drama sobre el alcoholismo (“Días de vino y rosas”), de recuperar los mejores “gags” del cine mudo en films como “El guateque”, “La carrera del siglo” o “La pantera rosa”, pero también de firmar devaluadas secuelas de esta última y zafias comedias de humor grueso. Sin embargo, sus mejores películas forman parte irrenunciable de nuestros mejores recuerdos de cine. Nadie puede ser perfecto... siempre.

Nacido en una familia muy ligada a al industria cinematográfica (su abuelo fue director de cine mudo y su padrastro productor), el joven Edwards creció conociendo el mundo del cine de primera mano. Tal vez por este motivo, tras sus años de instituto y su servicio militar, trató de hacerse un hueco como actor, debutando en el año 1942 en el film “Diez héroes de West Point”.

Sin embargo, y a pesar de haber participado como intérprete en más de 20 películas, es su faceta de director la que más se conoce de él. A lo largo de su dilatada carrera, ha dirigido más de 40 películas con desigual acogida. Desde que en 1955 dirigiera su primera película (“Venga tu sonrisa”), este polifacético hombre de cine, nos ha regalado fotogramas y diálogos (la faceta de sí mismo que más le gusta destacar es la de guionista) que han hecho historia.

Su película “Operación Pacífico” (1959) le hizo alcanzar un gran éxito, que se vería acrecentado un par de años después con la elegante, sofisticada, tierna y cómica “Desayuno con diamantes” (1961). Pero, sin lugar a dudas, la película más popular de las que Edwards ha dirigido es “La Pantera Rosa” (1963), con Peter Sellers haciendo de las suyas como Inspector Clouseau. A este film le siguieron varias secuelas en los años 70, 80 e incluso en los 90. También merece mención especial “¿Victor o Victoria?” (1982), donde Julie Andrews hace de hombre y de mujer, considerada por algunos críticos su última gran comedia.

Pero su filmografía está salpicada también de películas regulares y algún que otro fracaso. Muestra de ello son “Darling Lili” (1970), “Cita a ciegas” (1987) o “Una rubia muy dudosa” (1991). La última película que ha dirigido hasta la fecha ha sido una secuela más de “La pantera rosa” (1963), titulada “El Hijo de la Pantera Rosa” (1993).

“Lo que sucede con Edwards -ha escrito Manuel Hidalgo- es que se sale de la matemática sutil de la comedia clásica. Es un cineasta torrencial y, además, prolífico que, al escribir y al rodar, no tiene mucho miramiento con el cálculo y llega sin dificultad al exceso y a la farsa, al trazo grueso, lo que ha menguado el prestigio de algunos de sus trabajos. Y esto es así porque Edwards es a la vez un cineasta de la comedia y un cineasta de lo cómico, que no es lo mismo, de manera que no se atiene, ni mucho menos, a la geometría exacta de la comedia más sofisticada, más escrita, por así decirlo, sino que la mezcla con elementos provenientes de la tradición del cine cómico mudo, dominando por igual y a un tiempo ambos registros. Cuando quiere es elegante y sentimental y cuando quiere es disparatado y descacharrante”.

Edwards lleva ya más de 30 años casado en segundas nupcias con Julie Andrews, con quien tiene 5 hijos. Los problemas de salud de su esposa (que en 1998 perdió la voz por causa de una operación de laringe) y su cansancio crónico le han mantenido apartado del trabajo estos últimos años, sin embargo se rumorea que está trabajando en la versión musical de “La Pantera Rosa”.

Su sentido del humor parece ser el combustible de este grande del cine que, a pesar de tener una trayectoria irregular, nos ha regalado deliciosos bocados de celuloide.