Crítica: "La historia de mi mujer", casi tres horas de melodrama

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"La historia de mi mujer"
"La historia de mi mujer"
Por Carolina G. Guerrero     

"La historia de mi mujer / The Story of my Wife / A feleségem története" (2021), de la galardonada directora húngara IIdikó Enyedi, participó en la sección oficial del pasado Festival de Cine de Cannes.

Ganadora de un Oso de Oro en Berlín por su cinta "En cuerpo y alma / Teströl és lélekröl", que además fue nominada a los Oscars en 2018, y de la Cámara de Oro en Cannes en 1989 por su ópera prima "Mi siglo XX / My 20th Century", la directora se inspira en esta cinta en la novela homónima de Milán Füst.

Lo cierto es que una novela tan complicada, escrita a modo de monologo interior, ha  podido plantear todo un reto en su traslado a la gran pantalla; no obstante, está claro que esta vez no ha salido del todo bien. Enyedi rinde con esta película su particular homenaje a la figura de Füst, un escritor húngaro olvidado en vida.

El capitán Störr (Gijs Naber) es un atractivo marino mercante, soltero y algo tímido. La primera escena resulta algo impactante por su incoherencia, llama la atención del espectador y parece prometer una historia apasionante, que luego se va desdibujando y cayendo en desgracia, tanto dentro como fuera de la ficción.

El rudo capitán apostará con un retorcido amigo a que se casará con la primera mujer que traspase la puerta del café de París donde se encuentran y, dicho y hecho, parece que en principio la fortuna le sonríe: su presa es Lizzy (Léa Seydoux). Decimos en un principio porque, dejando de lado la tangible belleza y supuesta inteligencia de la víctima, la muchacha luego se tornará demasiado misteriosa a ojos de su marido. Este se volverá loco de celos, no sabemos si justificada o injustificadamente, ya que sus constantes coqueteos y citas con Dedin (Louis Garel) harán que Störr dude de todo lo que rodea a su mujer, con lo que pasarán media historia jugando al escondite emocional.

La cinta se deja ver, sobre todo por la curiosidad que generan las personalidades un tanto estrambóticas de sus personajes, y así se soportan 170 minutos de melodrama bastante incongruente.

El comportamiento del marido, acostumbrado al mar, y que descubre que su mujer no es tan fácil de gobernar como un barco, implica que la situación se le escape de las manos  y, sobre todo, la destreza y sangre fría que Störr despliega en el mar en situaciones limite no sirve para generarle seguridad a la hora de competir con tipos como Dedin, que le hacen sentirse torpe y ridículo. Sin duda hay mil matices en la historia, pero se pierden en la inmensidad del largometraje sin llegar a tocar realmente al espectador porque no se profundiza lo suficiente en ellos.

La fotografía está muy cuidada, lo mismo que el atrezzo y sus escenarios románticos y decadentes, pero la historia no termina de sostenerse, más aún cuando el final da un giro de 180 grados que incluso parece no encajar con los episodios que el sufrido y curioso espectador está visualizando.

Se salvan algunas escenas incluidas en los siete capítulos en los que su directora ha divido la historia, como un juego de strip poker muy sugerente entre sus dos protagonistas principales, que puede llegar a resultar muy inspirador, pero que luego volverá a desvanecerse en la perversión de sus personajes, que lucen perdidos sin remisión en un mar de dudas.

Por momentos puede recordar a la historia a tres de "Lo que el viento se llevo / Gone with the Wind", con muchas diferencias, por supuesto, pero sí por lo enfermizo en las relaciones sugeridas, escondidas, y luego mal resueltas cuando ya no queda tiempo para nada bueno.

Suponemos que es una ardua y complicada tarea llevar la novela al celuloide, aunque quizás uno de los mayores hándicaps sea un guion mal resuelto y que hace aguas hasta casi naufragar.

Los actores están a la altura y son los responsables en gran medida de que uno soporte esas tres horas de proyección, sobre todo teniendo en cuenta lo que había ofrecido esa sección oficial tan deplorable hasta la fecha, así que por momentos fue incluso como un respiro a tanto despropósito de la selección de Thierry Frémaux y el sufrido acreditado se dejó llevar por un clasicismo bello aunque insuficiente.

Celos, un amor controvertido y lleno de interrogantes, escenarios románticos en plenos años 20 (como París y los aledaños del puerto de Hamburgo), peleas, sexo, deseo, mentiras, trampas, inexperiencia; todos estos ingredientes forman parte de la historia de la mujer del capitán: una historia triste, melancólica y que llega a desesperar.

La directora se esfuerza por conseguir emocionar al espectador, pero eso ya solo forma parte del interior de cada uno y del momento vital; a algunos les puede tocar la fibra, a otros les parecerá frío y que no llega. Este 17 de diciembre ha sido su estreno en España y, ante todo, es una historia de amor. Ya se sabe que las historias de amor son complicadas y casi nunca acaban bien.

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