Crítica: "Sunset Song", del amor y otras guerras

por © NOTICINE.com
"Sunset Song"
Por Eduardo Larrocha   

La primera imagen de "Sunset Song" (2015), que es también el fotograma publicitario y referencial, insinúa que la película hunde sus raíces en la tierra.  Hace casi veinte años que  Terence Davies  quería llevar a la pantalla  la novela homónima de Lewis Grassic Gibbon. El relato del autor escocés está considerado como el texto inaugural del Renacimiento de la literatura escocesa del siglo XX. Con guión del propio director británico, "Sunset Song", está ambientada en las primeras décadas de ese siglo. A través de una familia y la trágica historia de amor y perdón de la protagonista, hace un recorrido que llega  hasta la Primera Guerra Mundial.
     
Elegante a la hora de rodar y planificar, Terence Davies cuida todos los detalles de sus películas. Al principio y hasta pasada media hora de "Sunset Song" cuesta aceptar la figura estilizada que encarna el personaje de Chris Guthrie. La espléndida belleza de Agyness Deyn hace difícil entender que una chica tan delicada se desplace entre animales, bestias y seres humanos tan hoscos. Poco a poco la interpretación y la narración fílmica dan alas al espectador para aceptar la imagen con la que Chris se presenta. Después de esa comienzo, el alma que pone la actriz hace que su personaje  vaya ganando calado. Su hermosa presencia va siendo más coherente con la historia de amor que nos está contando. Cuesta soportar en el relato la crueldad del padre de Chris, un magnífico Peter Mullan  al que recordamos prolífico y excelente desde Riff-Raff y luego en Transpoitting. Ewan Tavendale es el novio y marido a quien da vida Kevin Guthrie y JackGreenles es Will, el hermano, condenado a emigrar huyendo de la violencia doméstica.

"Sunset Song", novela y película, cuenta la historia de la familia Guthrie muy enraizada en la tierra escocesa con Aberdeen como referencia urbana y encuentro con el difícil y bélico momento que atraviesa el Continente. Chris es el centro de la narración. A través de sus emociones, dolores y mirada se describe un mundo que trasciende el literario de Gibbon y a la vez mantiene las constantes del cine de Terence Davies. A saber: el padre cruel y despiadado, una voz lírica que narra en primera persona, el control social a través de tradiciones y dogmas sociales y religiosos. Y el tiempo, del presente al pasado, que es uno de los temas en los que indaga el director. Recordamos especialmente "Deep blue sea" y "El largo día acaba".  Una de las grandes virtudes de "Sunset Song" y de otras películas de Terence Davies es la poderosa y cuidada fotografía que en esta ocasión firma Michael McDonough .

A destacar también a lo largo de las dos horas y cuarto de este largometraje la magnífica música coordinada por el luxemburgués Gast Waltzing. Sus composiciones tienen peso y significado en el contexto argumental con evocaciones del mundo rural escocés a través del folclore tradicional.  "Sunset Song" llega en esta canícula peninsular a las salas de cine después de haber pasado, en general con buena acogida aunque sin galardones que reseñar, por los festivales de San Sebastián, Miami y Londres. Cine de autor comprometido y emocional para degustar intenso y tranquilo en la butaca.

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