Ken Loach, ganador de Cannes, habla sobre "Yo, Daniel Blake"

por © Verónica Orea-NOTICINE.com
Ken Loach
"Debemos dar un mensaje de esperanza, debemos decir que otro mundo es posible", aseguraba este domingo en Cannes el cineasta inglés Ken Loach, después de obtener su segunda Palma de Oro. El jurado del festival decidió otorgarle este galardón por "I, Daniel Blake", seis años después del que logró por "El viento que agita la cebada / The Wind That Shakes the Barley". "Existe una crueldad consciente en la manera como organizamos nuestras vidas en la actualidad, en la que a la gente más vulnerable se le dice que su situación de pobreza es su propia culpa, que si no tiene trabajo es por su culpa... No es una cuestión sólo de Gran Bretaña, hay un enorme desempleo en toda Europa", agregaba el pronto octogenario realizador, que acaba de entrar en el selecto grupo de aquellos que han logrado dos Palmas de Oro en Cannes, entre los que se encuentran Michael Haneke y Francis Ford Coppola.

Loach, que empezó su carrera en la televisión británica y se define a sí mismo como de ideas socialistas, se caracteriza por su constante llamada de atención sobre las cuestiones más humanas en el siglo XXI en el que reina lo digital. "Intentamos presentar el lado dramático de la vida cotidiana en todas sus variantes", afirmó tras recibir su premio.

Loach se ha vuelto a rodear de Paul Laverty para elaborar el guión y de Rebecca O’Brian como encargada de la producción. Concretamente, se trata del mismo equipo que se encargó de la realización de "El viento que agita la cebada" con la que el cineasta inglés logró su Palma de Oro en Cannes. Al ser preguntado sobre sus sensaciones tras ser el ganador del festival Loach responde que es extraordinario porque son el mismo equipo.

El realizador que en un mes cumplirá 80 años, y anunció precipidamente su retiro con su anterior película, ha obtenido este reconocimiento -para el que no era favorito, aunque su film gustó- por una historia protagonizada por Dave Johns y Hayley Squires en la que se cruzan las historias, por un lado, de un carpintero que ha sufrido recientemente un infarto, que intenta que el sistema nacional de salud le dé una pensión ante la imposibilidad de volver a trabajar y, por otro, la de una joven madre soltera con dos hijos a punto de caer en la miseria. "Encontrar el tono adecuado es muy importante. Para esta película la historia era tan fuerte que tuvimos que ser muy simples y muy claros, y que no necesitara ningún adorno. Robbie Ryan habló con nosotros antes y hablamos de encontrar un estilo absolutamente claro sin adornos, sin distracciones para el público capturando la esencia de la gente frente a la cámara describiendo su situación con la economía", definió Loach ante los periodistas en Cannes.

Loach comentó que lleva 50 años haciendo la misma película: una en la que el sistema oprime, exprime, explota e ignora a las personas. En la conferencia de prensa tras la presentación de la película en el festival explicó que trató de aproximarse a una historia real: "lo que intentamos hacer fue empezar con el principio y continuar con las historias rodando en orden. Así que la historia aparece poco a poco y los actores consiguen la descripción paso a paso. Tiene una sensación de ser improvisado pero el guión está escrito de manera precisa. Cuando vas atrás y miras la película terminada y el guión son casi idénticos pero parece que ha surgido en el momento y que ha cogido a la gente por sorpresa. Pero no es complicado".

El premio de Ken Loach cerró el 69º Festival de Cannes en el que el inglés, además de agradecer a su equipo y al festival, añadió que otro mundo es posible y necesario al recibir su recompensa, saludando luego puño en alto.

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